Un libro que rompe tabúes y mitos. Un conjunto de temas para tratar la sexualidad femenina desde diferentes prismas. Eso es Hablemos de vaginas (Oberon), escrito por la ginecóloga extremeña Miriam Al Adib Mendiri.

La experiencia en su consulta le ha demostrado a Al Adib (Almendralejo, 1977) que la supuesta liberación sexual femenina es tan sólo un mito más. Lo cuenta en esta entrevista con El Periódico Extremadura.

«En cada sociedad hay un tipo de sexualidad normativa», explica la doctora, «si hacemos una comparativa entre la época de nuestras abuelas y la que nosotras vivimos obviamente se ha avanzado pero hay un patrón que no cambia: la mujer sigue siendo el objeto y el varón es el sujeto», dice.

Según Al Adib, mientras que antes las mujeres eran objetos destinados a la reproducción, hoy somos utilizadas para proporcionar placer: «La valía femenina depende de lo sexualmente excitante que seas según una mirada androcéntrica», dice.

Por eso, Hablemos de vaginas está destinado a poner a la mujer y a su salud sexual en el foco, en un sistema en el que el falocentrismo -concepto que explica cómo el ‘falo’, el órgano sexual masculino, está en el centro de la sexualidad- sigue siendo la norma.

El objetivo es romper con lo que Al Adib llama «asimetría» entre el hombre y la mujer, aún presente en todos los campos de la sociedad, incluida la medicina: «enfermedades como la endometriosis siguen siendo infradiagnosticadas porque el dolor de las mujeres no es escuchado. Incluso en casos como el infarto, al estar basado el diagnóstico en el modelo masculino, a las mujeres se les diagnostica más tarde por el hecho de ser mujer, curiosamente a los síntomas sufridos por las mujeres en el infarto (que son diferentes a los hombres) se les califica de ‘atípicos’».

Para la doctora, la medicina no es sólo ciencia, sino también «arte y humanismo», y son estos nuevos enfoques los que se añaden en el libro.

«Por supuesto que nos hemos liberado en cierto modo, pero han surgido nuevas formas de dominación. Ya no hay que llegar vírgenes al matrimonio, en ese sentido hay libertad de acostarse con quien cada cual quiera, pero muchas mujeres aún no saben identificar su placer, no han experimentado un orgasmo, no están conectadas con su propio cuerpo. El placer de la mujer sigue siendo secundario, la masturbación femenina sigue siendo un gran tabú».

Al explicar la sexualidad humana, Al Adib también llama la atención sobre las múltiples formas de sexualidad: «Hay tantas sexualidades como personas. El sexo no es sólo el coito entre hombre y mujer», señala.

De igual modo, el libro rompe con otros muchos tabúes y miedos, como la fantasía: «Muchas personas se preocupan o se obsesionan por las fantasías sexuales que puedan tener y hay que tomárselas con naturalidad. El problema es confundir la fantasía con el deseo, son dos cosas diferentes porque están en distintos planos. La fantasía es algo que nunca harías pero que la mente al recrearse en ella provoca placer, el deseo es algo que sí harías. La fantasía es irreal, pero te puedes recrear en ella y materializarla de alguna manera en otros planos de realidad en un terreno seguro como por ejemplo el juego en pareja», argumenta.

Al Adib también repasa debates actuales como el squirting -la voz inglesa que denomina a la eyaculación femenina- o la dicotomía entre orgasmo vaginal y el provocado por el clítoris. «A día de hoy todavía se evita hablar del clítoris, un órgano central para el placer femenino», lamenta.

«Muchas mujeres sienten asco y vergüenza, eso que tienen entre las piernas es el gran misterio sin resolver, como si fuera algo ajeno. El sexo se ha vuelto más explícito pero para denigrarlo, aún es un gran desconocido», añade.

Para Al Adib, esto prueba que la «asimetría» entre hombre y mujer continúa: «sólo ha dado una pirueta».

La violencia simbólica y la hipersexualización de las mujeres y niñas aún presente en el imaginario colectivo son otros de los grandes escollos para que las mujeres puedan vivir una sexualidad plenamente satisfactoria.

Más educación

Al Adib señala la educación como uno de los campos claves a trabajar: «en los institutos la educación sexual se centra en lo negativo, en la prevención de embarazos y enfermedades, que está muy bien pero se necesita algo más. No podemos deslindar la sexualidad de las emociones», dice.

Esto provoca que en muchos casos la principal referencia de los jóvenes sea el porno: «los chicos ven unas relaciones en las que el hombre domina y las chicas, además de eso, se encuentran con vulvas rosas, sin pelo y se acomplejan con su propio cuerpo», detalla.

Por eso, insiste en que es necesario naturalizar y normalizar el sexo para gozar de una verdadera salud sexual. Empezando por nuestras vaginas.

Hablemos de vaginas es el tercer libro de Al Adib tras Entender la endometriosis y Conocer el síndrome del ovario poliquístico. También es co-autora de dos guías: Atención profesional a la pérdida y al duelo durante la maternidad y Estrategia de atención al parto normal en el Servicio Extremeño de Salud (SES).

También tiene un blog en el que divulga novedades y consejos para todo lo relacionado con la salud de la mujer, entre otros temas. La dirección web es: https://miriamginecologia.com/