La mejora de la actividad económica ha propiciado que en los últimos tres años el gasto en combustibles de automoción se haya incremetado en Extremadura casi un 10%. Así, entre enero y agosto pasados se consumieron en la comunidad autónoma 530.864 toneladas, sumando gasóleo A y gasolinas, frente a las 484.593 que se surtieron en el mismo periodo del 2016, lo que representa un auge del 9,6% en este trienio, según las estadísticas que ha dado a conocer recientemente la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores). Una mejora que Fernando Mena del Pueyo, presidente de la Asociación Regional de Empresarios de Estaciones de Servicio de Extremadura (Aresex), atribuye al periodo de «bonanza económica» que se ha atravesado. «Hasta este año, cuando se ha empezado a hablar otra vez de una posible crisis, la gente ha estado comprando más vehículos y ha habido más consumo y más movimiento».

Porcentualmente, en el último año el avance en el consumo de carburantes ha sido de mayor entidad en las gasolinas (4,3%) que en el diésel (2,4%). En este sentido, hay que tener en cuenta que los volúmenes de gasóleo de automoción también incluyen el gasto que se realiza para el transporte tanto de viajeros como de mercancías por carretera. Sin embargo, en lo que atañe a los vehículos particulares, «desde que el gobierno dijo la famosa frase de que el diésel tiene los días contados, todos los meses hay un poco menos de consumo de gasóleo y un poco más de gasolina», precisa Mena del Pueyo. «Es una realidad que estamos viendo en todas las estaciones», agrega.

Por otro lado, el consumo mensual de carburantes de automoción (gasolinas y gasóleo A) marcó en agosto pasado un nuevo máximo dentro de la serie histórica de datos, que arranca en 1997, con 75.996 toneladas despachadas, desplazando así al anterior tope, que se había alcanzado en julio del 2008.

El octavo mes del año suele ser uno de los que ofrece volúmenes más altos de consumo de carburantes, ya que coincide con las vacaciones de buena parte de los trabajadores y hay más desplazamientos por carretera, pero el de este 2019 ha resultado especialmente activo en las estaciones de servicio. Lo ha sido con el gasoil, con 64.719 toneladas vendidas (más de 2.700 toneladas por encima del anterior récord); y lo ha sido igualmente en las gasolinas. La sin plomo 95, la más habitual, llegó a las 10.778 toneladas surtidas, el mejor dato desde agosto del 2011 (entonces fueron 11.546 toneladas) y la primera vez que se supera la barrera de las 10.000 desde el mismo mes de un año después. Prácticamente igual sucede con la gasolina 98, de uso mucho menos frecuente, pero que contabiliza 499 toneladas. Desde hace ocho años no se obtenía un dato tan elevado.

POCOS PUNTOS DE RECARGA / De hecho, si bien los turismos diésel siguen dominando el parque automovilístico regional, los de gasolina ya han sobrepasado el 50% de las matriculaciones en Extremadura. En cuanto a los eléctricos, las unidades comercializadas entre enero y septiembre no llegan al medio centenar (44). De híbridos fueron 794 (+37,9%), si bien la mayor parte de ellos son no enchufables. Esta baja penetración de los vehículos electrificados es la que hace que, al menos de momento, apenas se estén poniendo puntos de recarga eléctricos en las estaciones de servicio extremeñas, algo que solo ocurre «muy puntualmente», matiza el presidente de Aresex. «Ahora no hay consumo. Cuando haya demanda, se pondrán», apunta Mena del Pueyo, que incide en que contar con uno de estos postes representa para el empresario un coste elevado tanto de instalación como de mantenimiento. «Estamos apostando por la neutralidad energética. Hay una presión importante por parte del sector político por el coche eléctrico y nos parece bien, pero aún no sabemos cómo será el futuro, si será eléctrico, con vehículos de gas —y qué tipo de gas—, o el diésel y la gasolina tendrán algo que decir aún, cuando empiecen a contaminar bastante menos», remarca. «Nosotros nos adaptaremos a lo que vaya pidiendo el mercado», apostilla.