Aunque suelen relacionarse, el abandono temprano educativo no debe confundirse con el fracaso escolar. Mientras el primero es el porcentaje de los jóvenes de entre 18 y 24 años que no continúan formándose y han abandonado el sistema educativo una vez pasada la etapa obligatoria (haya conseguido o no el título de la ESO), el fracaso escolar mide el porcentaje de jóvenes de 16 años que no logra los contenidos mínimos obligatorios, es decir, que no consiguen obtener el título de graduado en Educación Secundaria Obligatoria.