El entrenamiento intermitente de alta intensidad en hipoxia (déficit de oxígeno) constituye un tratamiento eficaz para reducir la grasa corporal en mujeres con obesidad, según revela una tesis de Alba Camacho Cardeñosa, investigadora de la Universidad de Extremadura (UEx).

La hipoxia simulada consiste en crear un ambiente con menos disponibilidad de oxígeno de manera artificial, buscando producir diferentes cambios fisiológicos y efectos positivos sobre el organismo, según informa la Uex. Camacho Cardeñosa, de la Facultad de Ciencias del Deporte, se propuso en su tesis doctoral (calificada con sobresaliente cum laude) investigar los efectos del entrenamiento intermitente de alta intensidad en condiciones de hipoxia en mujeres con sobrepeso u obesidad.

La muestra se llevó a cabo en mujeres adultas de entre 20 y 55 años que, debido a su sobrepeso u obesidad, tienen una capacidad limitada para realizar ejercicio físico. Los resultados avalan que el trabajo en hipoxia intermitente combinado con ejercicio de alta intensidad podría ser una «prometedora» estrategia para reducir la grasa corporal e incrementar la masa muscular, especialmente la localizada en la zona abdominal, así como para reducir otros factores de riesgo cardivascular. Además, después de cuatro semanas de finalizar el programa de entrenamiento el porcentaje de grasa localizada en el tronco continuó mejorando.

«La mayor eficacia temporal y mantenimiento de sus beneficios podría conllevar un beneficio adicional», destaca Camacho. Las mujeres objeto del estudio mostraban sobrepeso y obesidad pero no otras enfermedades.