«Vamos a empezar poco a poco, porque no creo que haya mucha actividad al principio. No se dan las condiciones», dice Sheila Cabeza, que gestiona junto a su hermana Adela la zapatería infantil Zapatines, en el centro de Cáceres. Ayer levantaron la persiana pertrechadas de mascarillas y pantallas, y con el gel hidroalcohólico y los guantes desechables presidiendo su mostrador. Abrirán, en principio, solo los lunes, miércoles y viernes, «y no sabemos si el sábado, según veamos», dice. En los expositores, ayer estaban los modelos de ceremonia, aunque dan por hecho que no serán la opción prioritaria de los clientes; en varios montones de cajas apiladas en la entrada, los pedidos de otros modelos de sport que asumen que serán la primera opción ahora. «En condiciones normales, ahora la gente vendría buscando zapatos para comuniones y bodas. Pero lo que demandan son zapatillas» contaba. La temporada será atípica y la jornada de ayer también lo fue. «Muchas clientas nos han llamado para preguntar si necesitaban pedir cita. Y también para saber si solo podían venir con los niños en el horario infantil. La gente está un poco perdida con los cambios», valoraba. Aun así, se mostraba optimista con la vuelta a la actividad, aunque considera que la decisión de limitar la circulación de coches en el centro ahora no ayuda: «Quien vive en la periferia, no va a venir».