Liberbank y Unicaja Banco han retomado las conversaciones con vistas a una fusión. Según han confirmado a primera hora de la mañana ambas entidades en sendos comunicados remitidos a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), mantienen “contactos preliminares” con este objetivo. Los dos bancos ya estudiaron esta posibilidad entre 2018 y 2019, si bien el proceso no llegó a materializarse por discrepancias en los términos en los que se realizaría el reparto del accionariado de la nueva entidad. Ahora, habrían acercado posturas llevadas por el deseo de formar una institución que afronte con mayores garantías la difícil coyuntura económica ocasionada por la crisis sanitaria y porque el Banco Central Europeo (BCE) ha relajado los requisitos para formalizar este tipo de operaciones corporativas en la zona euro, deseoso de que tenga lugar una nueva oleada de integraciones en el sector. Tanto Liberbank como Unicaja han repuntado con fuerza en Bolsa tras enviarse las comunicaciones.

La entidad andaluza confirmó, por su lado, que los contactos se están produciendo “con conocimiento del consejo de administración sin, por el momento, la participación de asesores externos, no habiéndose adoptado al respecto ninguna decisión”. No obstante, según informa el diario Cinco Días, la intención es que esta misma semana los respectivos consejos de administración den el ‘ok’ a sus ejecutivos para iniciar las conversaciones formales y para contratar a los bancos de inversión y asesores que permitan seguir avanzando en este proceso.

De acabar cerrándose la operación, daría lugar al quinto banco español por volumen de activos, con más de cien mil millones de euros, por detrás de Banco Santander, el resultante de la unión entre Caixabank y Bankia, el BBVA y el Sabadell. Sumaría alrededor de 1.600 oficinas y en torno a los diez mil empleados. En este punto, la duplicidad de las redes comerciales de Unicaja y Liberbank no es elevada en la mayor parte de los territorios españoles, pero con dos salvedades: las provincias de Cáceres y Ciudad Real, en las que se produce una elevada concurrencia.

En Extremadura, Unicaja contaba al cierre del 2019 con 42 oficinas, siete en la provincia de Badajoz y las 35 restantes en la de Cáceres. Esta elevada presencia tiene su origen en la importante implantación que Caja Duero llegó a tener en la región. Aunque no era una caja propiamente extremeña, en 1989 se había hecho con la red de Caja Rural de Cáceres. Luego quedó integrada con EspañaDuero para ser absorbida después por Unicaja Banco. Con todo, antes de la crisis Caja Duero llegó a tener casi el doble de agencias abiertas al público en la comunidad autónoma: 78 en el 2008 (57 en Cáceres y 21 en Badajoz), a las que se sumaban otras cinco de Caja España y tres más de Unicaja. En cuanto a Liberbank, que integró a Caja Extremadura, a día de hoy posee algo más de un centenar de oficinas en Extremadura, 74 en Cáceres y 29 en Badajoz. En el 2008 eran más del doble: 225.

De esta forma, en conjunto, el banco resultante partiría con centenar y medio de oficinas en la región, de ellas 109 en la provincia de Cáceres. Solo hay otras dos con cifras superiores, Málaga y Asturias, pero prácticamente todas son de Unicaja, en el primer caso, y de Liberbank en el segundo, al tener en estos dos territorios sus respectivas sedes.

Empleo y oficinas

Sobre el posible impacto que tendría esta integración en términos de empleo y capacidad instalada, José María Moreno secretario general del sindicato Sibanca-Fine, recuerda que “todas las fusiones que se están haciendo en el sector son a costa de cerrar oficinas y reducir personal”. Si bien en este caso señala que “quintando Extremadura y Ciudad Real, en el resto de territorios prácticamente no hay duplicidad”, también resalta el recorte de personal que en los servicios centrales de las entidades implicadas tienen este tipo de operaciones. Igualmente, añade que, aunque en términos de eficiencia “es posible que para la banca sean lo mejor, para la clientela siempre será ir a peor, porque se reduce el número de entidades y la competencia es menor”.

“De momento lo que hay es solo un interés entre las partes”, remarca Santiago Peña, responsable en Extremadura de CSIF Liberbank. “Es verdad que hay mucha duplicidad en Cáceres, pero también es cierto que en los últimos años ha habido una reducción muy significativa de los recursos humanos de las entidades”, agrega, por lo que las plantillas ya se encuentran ajustadas al límite. En cuanto a los servicios centrales, según los datos que maneja este sindicato, a día de hoy trabajan en ellos 70 personas en los que aún quedan de Liberbank en Extremadura. En total, la plantilla de este banco en la comunidad autónoma ronda los 460 trabajadores (330 en la provincia de Cáceres y 130 en la de Badajoz).