«No se trata de trasladar que la gente se ha contagiado en los pequeños comercios o en los restaurantes, al contrario, creo que no, pero lo que sí fomenta es más la movilidad y la movilidad facilita enormemente el contagio». El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, quiso lanzar este martes un mensaje de apoyo al pequeño comercio aclarando que las estadísticas epidemiológicas no les sitúan como fuente de contagio. Aun así defendió su cierre como medida para frenar el virus y, ante las reivindicaciones de los últimos días, aseguró: «Lo entiendo. Vamos a intentar que sea el menor tiempo posible y a buscar las mayores compensaciones posibles», dijo el presidente en Cáceres.

El Consejo de Gobierno evaluará esta semana el efecto de las restricciones y las ampliará si es necesario. Allí, según dijo Vara, se pondrá encima de la mesa la posibilidad de que el comercio pueda abrir por horas, como ha pedido el sector en Cáceres, aunque no hay nada decidido. Descarta, eso sí, el cierre perimetral de las ciudades y de la región, que también había solicitado este sector. «Creo que se puede cerrar un país y un pueblo pero, ¿cómo cierras una región o una ciudad?, ¿por dónde si no hay fronteras? Es preferible restringir la movilidad dentro de las propias ciudades», apostilló.

En todo caso el presidente de la Junta confió también en que los datos de incidencia comiencen a relajarse a partir de la próxima semana, «una vez que se vean los efectos de la Navidad» y se empiecen a notar también las decisiones que comenzaron a tomarse cuando se incrementaron los contagios y se optó por suspender el plan de Navidad que se dejó sin efecto. «Hemos tomado decisiones desde el minuto uno», defendió Vara, que también asumió la responsabilidad de todo lo que sucede «como máxima autoridad en la región».

A la espera de ayudas

Mientras tanto los comerciantes mantienen las protestas y a las convocadas diariamente en Cáceres se suman ahora las asociaciones de Plasencia, que también acudirán cada día, a las doce, a las puertas de sus establecimientos para realizar caceroladas de protesta. La convocatoria se ha hecho también extensible a la hostelería y a la población en general, a la que invitan a salir a sus balcones y ventanas, cacerolas en mano, en rechazo al cierre decretado por la Junta, informa Raquel Rodríguez.

Además en ambos sectores están aún a la espera de que se defina el reparto de ayudas por 40 millones que la Junta anunció hace una semana para paliar los efectos de estos cierres sobre el empleo. Los pormenores no se han detallado aún. «Se está trabajando para que (el decreto que las regule) salga de forma inmediata», señalan desde la Consejería de Economía.

Este miércoles se decidirá si los cierres en el comercio se amplían o se toman nuevas medidas.