El Parque Nacional de Monfragüe tiene ya a punto un nuevo plan selectivo adaptado a los requerimientos de la Ley de Parques Nacionales y las recomendaciones del Defensor del Pueblo sobre la práctica de la actividad cinegética en su interior, como método de control poblacional. Su diseño no ha estado exento de confrontación entre los partidarios de mantener el modelo anterior basado en acciones de caza (entre ellos, además de los propietarios de los terrenos, muchos de los pueblos de la zona y también la UEx) y los que defendían otros procedimientos tutelados directamente por la administración y que esta define como «más selectivos». Finalmente será este último el modelo que se lleve a cabo.

¿Qué supone?

El plan de acción establece las herramientas para mantener las poblaciones de los ungulados (ciervos y jabalíes) en cifras sostenibles para el equilibrio medioambiental y el control de enfermedades. En el que se acaba de probar se contempla que ese control se llevará a cabo mediante la extracción de ejemplares, porque es el mecanismo más efectivo y sostenibles para evitar problemas sanitarios, y especialmente la elevada incidencia de tuberculosis. Lo que busca ahora es una estrategia basada de forma prioritaria en la instalación de cercones en los que se atrae a los animales con comida para abatirlos allí. No es un procedimiento nuevo, pero ahora su uso será prioritario. 

De forma secundaria, se recurrirá a recechos (buscar un animal siguiendo su rastro) y aguardos (esperar al animal para abatirlo en un punto al que acude de forma asidua), pero ahora siempre con personal especializado y solo si se considera necesario en un informe previo. Prácticamente quedan descartadas ahí las batidas y con ello las monterías, especialmente si incluyen perros, porque el plan considera que es el modelo que genera mayor impacto medioambiental y se prohíbe su uso. 

«Si Monfragüe existe es porque la gestión mantuvo su riqueza» dice Sebastián Hidalgo, de la UEx

Todas las acciones se llevarán a cabo además «por parte del personal especializado del Organismo Autónomo de Parques Nacionales o profesionales contratados», aunque no descarta recurrir al apoyo de las sociedades locales de cazadores si fuera necesario. «Han desoído por completo a los cazadores, parte de los ayuntamientos y los propietarios de los terrenos. Lo que se plantea no funciona», defiende José María Gallardo, presidente de la Federación Extremeña de Caza. 

«El modelo que se propone es muy limitado, porque los animales pueden entrar en los cercones si se les ofrece comida en tiempos de escasez. Pero mientras haya comida en el parque, no es un método efectivo», defiende Sebastián Hidalgo de Trucios, Biólogo de la UEx y miembro del Patronato de Monfragüe. A juicio del experto, si el modelo que se plantea como prioritario incluye la muerte del animal ¿por qué no dejar que se beneficien los pueblos de la zona de ese recurso?», plantea. «Si Monfragüe existe es porque se ha realizado tradicionalmente una gestión de su agrosistema que incluía la caza», añade el experto, que se muestra crítico con el planteamiento y las limitaciones de la Ley de Parques Nacionales que, a su juicio, está pensada para ‘parques clímax’ (aquellos en los que no se ha hecho nunca gestión) y no para casos como el de Monfragüe, «que existe gracias a que la gestión mantuvo la riqueza de su biodiversidad».

Solo en terrenos públicos

 Las medidas del plan de acción se contemplan únicamente en los terrenos públicos incluidos en el parque nacional y el 60% del parque lo integran fincas privadas. El documento solo prevé algún tipo de acción en terrenos privados «de forma excepcional» y siempre a partir del cuarto año, si se comprueba que los mecanismos que se han desarrollado hasta entonces en los terrenos públicos no es suficiente para controlar las poblaciones de ciervos y jabalíes. Pero hay límites: «actuaciones selectivas de control poblacional, mediante rececho, aguardo o batida, sin presencia de perros de caza y bajo la estricta tutela de la administración», recoge el plan.

«Es una decisión tomada desde un despacho, pero sin pensar en la situación en la que nos dejan a las fincas del parque. No nos dan ninguna opción para hacer gestión en los próximos cinco años», lamenta María Teresa González, portavoz de la asociación de propietarios. Este colectivo anuncia un recurso al plan. 

«Es un gran paso a un modelo más propio de un Parque Nacional», dice SEO Birdlife

Para SEO Birdlife, sin embargo, el modelo que se plantea ahora supone «un gran paso adelante, que va a mejorar el control «con un modelo más propio del Parque Nacional», defiende Marcelino Cardalliaguet, integrante de patronato. «Durante 13 años se ha utilizado el otro modelo y no ha funcionado», apunta. De hecho, a su juicio el exceso de poblaciones está vinculado en gran medida al modelo de gestión que se había utilizado hasta ahora con la caza mayor y, en concreto, «a prácticas como la alimentación suplementaria que utilizan en muchas fincas privadas para mejorar la calidad de los trofeos» y de la que se aprovechan los jabalíes, el gran problema para la tuberculosis como vector esencial. Desde esta organización sostienen que aunque el plan ahora mejora, hay que abordar algunos aspectos que entienden que aún son se han planteado como la gestión en las fincas que rodean a los terrenos del Parque Nacional de Monfragüe. 

Más caza en el perímetro

Casi paralelamente a la tramitación de las acciones más restrictivas en el interior del parque se aprobó una resolución que permite incrementar las acciones cinegéticas en el perímetro exterior. En concreto, se autorizó a repetir las manchas (lo normal es que se cace una vez al año), para abatir jabalíes, tras detectar que su población «va en aumento» y que eso puede dañar la flora. 

Para los grupos ecologistas la medida trata de «compensar» la eliminación de la caza en el interior del parque, que se suma a la supresión de ayudas estatales que ya arrastran. Pero para los propietarios, «no tiene ningún sentido, porque la ‘ley biológica’ dice que si tú cazas esa mancha, los animales no van a volver en una temporada», rebaten.