Marta Bareas formó parte de la primera promoción de FP Dual impartida por el Instituto Zurbarán, de Navalmoral de la Mata, y la Central Nuclear de Almaraz. Antes de comenzar a cursarla, en 2013, había estado estudiando arquitectura técnica en Madrid. En pleno periodo posterior al estallido de la burbuja inmobiliaria, «vi que ahí no había excesivas salidas laborales y pensé que en la industria, que además me gustaba bastante, iba a tenerlas mucho más que en el mundo de la construcción», rememora. Optó por la modalidad Dual porque «te aporta mucha experiencia, tanto por las prácticas en la empresa como por las que realizas en laboratorio, que las hacíamos con equipos reales y con las que aprendí muchísimo. Es una opción que otras FP no te dan».

«Acabé muy contenta con el ciclo, conocí un mundo completamente nuevo que me gustó y con el que aprendí mucho. Además, todos los compañeros de promoción nos llevábamos muy bien e hicimos piña», asevera. Igualmente, hace hincapié en que durante las prácticas «vas rotando por todos los departamentos, y eso da un valor añadido muy grande. Ves cómo se trabaja en una nuclear, cómo se siguen procedimientos, por ejemplo los de seguridad, y los normalizas», agrega.

«Acabé muy contenta con el ciclo, conocí un mundo completamente nuevo que me gustó y con el que aprendí mucho. Además, todos los compañeros de promoción nos llevábamos muy bien e hicimos piña»

Empezó a trabajar a inicios de 2016, poco después de acabar la formación reglada. Primero lo hizo en una empresa colaboradora de la central y luego ya, a partir de julio de ese año, en la propia plantilla de la CNA, en la que es técnico ayudante de Ingeniería de Reactor y Resultados. En la sección a la que pertenece, detalla, «nos encargamos de todos los trámites de descarga y carga del núcleo [del reactor], de qué elementos de combustible se tienen que poner, con qué barras de control... cualquier aspecto relacionada con lo que es la recarga en sí misma». Unas tareas que también incluyen la contabilidad del uranio y el plutonio que hay en cada momento en la instalación.

«Que yo sepa, todos los compañeros que salimos de la primera promoción estamos a día de hoy con trabajo, ya sea dentro o fuera de la central», apunta, algo que atribuye a que el ciclo se completa con muy buena formación y a que el haber trabajado en una central «te brinda un currículum muy goloso para el resto de compañías. Creo que si acudes a una oferta de trabajo en cualquier empresa importante de España y ven que has tenido unas prácticas en una nuclear ya estás teniendo algo que te hace destacar en comparación al resto. Las compañías son conscientes de que aquí todo lo que se emplea es tecnología punta y que es un sitio donde se aprenden cosas que en otras empresas más pequeñas no puedes», remacha.