"Era cuestión de tiempo que pasara algo así. No parece lógico que cada día circulen por un puente con dos mil años de antigüedad varios camiones de gran tonelaje y numerosos vehículos». Con estas palabras, Juan Manuel Chávez Vaca, vecino de Alcántara, transmite la indignación del municipio por los daños que sufrió el Puente de Alcántara en la jornada del jueves. Los residentes afirman que un vehículo pesado ha provocado una fractura más que visible en el pretil cuando intentaba maniobrar, debido al cierre de un sentido de circulación en la carretera Ex-117, que transita sobre esta valiosa obra de ingeniería.

Se trata el puente romano más alto del mundo y el mejor conservado. Con sus 58,2 metros sobre el Tajo, fue construido entre los años 103 y 104, con una longitud de 194 metros. Parece inverosímil que se siga permitiendo el tráfico sobre su espléndida arcada, pero la solución está en camino: la Junta de Extremadura tramita un viaducto muy próximo que absorberá su tráfico. Supondrá un coste de 18,6 millones y algo más de dos años de construcción.

El problema es que los vecinos de Alcántara están cansados de esperar una obra anunciada hace años, y aunque ya se encuentra en proceso de licitación, no ven el momento de que lleguen las máquinas. Mientras tanto, no se respeta la prohibición de paso de camiones de gran tonelaje (más de 20 toneladas) sobre el puente, cuyo peso supone un evidente perjuicio. «Esta prohibición lleva años muy clara con tres señales en el cruce de Malpartida de Cáceres, un kilómetro antes del puente y a la entrada del mismo, pero cada día pasan entre veinte y treinta vehículos de estas dimensiones», lamenta Juan Manuel Chávez Vaca, mientras muestra fotografías de camiones forzando el giro con el propósito de embocar el puente.

Un camión gira para embocar el puente, que ahora tiene un carril cerrado por obras. Desde hace años está prohibido el paso a vehículos de más de 20 toneladas. CEDIDA POR JUAN MANUEL CHÁVEZ

De hecho, las obras iniciadas el pasado lunes para reparar el firme, con el cierre al tráfico de un carril, han motivado que uno de estos camiones golpeara el pretil original de granito cuando hacía maniobras para poder pasar. Y a su vez, esta adecuación del firme viene obligada por su mal estado debido al paso de transportes pesados y otros vehículos. «El Puente de Alcántara ya se había convertido en un camino de cabras, con las piedras machadas por la circulación», comentan los vecinos, que afirman estar «enfadados y con una gran sensación de impotencia, porque ya no sabemos a quién recurrir para que se agilice la solución y poder salvarlo».