Las «ganas de salir» y volver a socializar tras un año y medio de restricciones por el covid-19 está dando en las últimas semanas un empujón a la hostelería. Sin embargo, la espada de Damocles continúa sobre el sector por la crisis mundial de suministros, que hace escasear productos como ginebra o whiski de importación. «Antes teníamos alcohol pero no clientes, y ahora que tenemos clientes nos falta el alcohol», lamenta José María Pérez, presidente de la Asociación de Hosteleros de Badajoz. 

Desde la Federación Extremeña de Bares y Restaurantes (Fexbares), su presidente, José Parodi, confirma que el sector está recibiendo en las últimas semanas una mayor afluencia de clientes, pero lo atribuye más a las ganas de socializar que a un adelanto de la Navidad. «En algunos casos las cenas sí se están adelantando, pero el porcentaje no es muy grande. No se aprecian grandes cambios con respecto a la tendencia prepandemia, donde ya había grupos, entre un 15% y un 20%, que prefería la segunda quincena de noviembre para evitar la vorágine navideña. Pero la gran mayoría apunta a diciembre, a partir del puente de la Constitución», asegura.

 En cualquier caso, Parodi señala que se espera que la situación mejore con respecto al año pasado, cuando «la facturación fue cero» debido a las restricciones por la pandemia. «No será 2019, pero la recuperación sí se notará», afirma. En la misma línea se expresa José María Pérez. «Hemos detectado más afluencia en general en la hostelería, pero se atribuye más a las ganas de salir, porque no son los típicos grupos de amigos o empresas que piden menús concertados para Navidad», dice. 

Una incipiente mejoría que puede verse empañada por la crisis de suministros, que ha hecho que en muchos establecimientos de la región (los más afectados, los de ocio nocturno) comiencen a faltar botellas de importación como las ginebras Seagram’s o Beefeater. También whisky escocés y probablemente en un futuro, ron. «Es un tema para preocuparse y alarmarse», afirma Pérez, porque al margen del Brexit, que ha dificultado las relaciones comerciales con Reino Unido, falta madera, cartón y vidrio para embalar y el transporte es caro.