El Periódico Extremadura

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NUEVO REVÉS PARA EL CAMPO

El extremo calor ha reventado la vendimia en Tierra de Barros

Se esperaba la cosecha del siglo en uva y el calor ha arrasado el fruto con una bajada del 40%

Vendimia EP

Podíamos estar ahora mismo hablando de la mejor campaña de la vendimia de la uva para la comarca de Tierra de Barros y, sin embargo, los agricultores rezan cada noche mirando al cielo para que caiga un poco de agua la próxima semana y «salvar», literalmente, la poca uva que ha quedado aprovechable en el suelo. De la aceituna, «mejor ni hablar», dice uno de los agricultores. Posiblemente, la peor cosecha de la historia, apuntan las distintas organizaciones agrarias de la región. Un año para olvidar en un campo que sigue envejeciendo en mano de obra y que no termina de recibir grandes ayudas para el relevo generacional. 

Podríamos mirar a muchos lugares, como es habitual, pero si este año hay un culpable claro de que la vendimia vaya a ser un lastre para los agricultores extremeños ese es, sin duda, el extremo calor que ha azotado al país este verano. «El calor ha sido excesivamente extremo y ha provocado mucho sufrimiento en la planta, que se ha quedado muy parada, sin transpirar. Ha habido dos semanas que el daño ha sido tremendo. La uva sigue sin coger grado y ha retrasado toda la campaña», dice Pedro Hierro, joven agricultor que trata de explicar el momento que atraviesan.

El calor y la sequía han reventado la vendimia. Las lluvias torrenciales de hace justo un año, al margen de algunos destrozos, habían dado vida al campo. «El otoño había sido sensacional y todo apuntaba a la mejor cosecha del siglo XXI, pero el calor se lo ha llevado por delante», dice otro profesional del campo, Juan Antonio Álvarez.

Los cálculos estiman que la pérdida de la producción de uva por el calor ha podido ser del 40% de lo que se esperaba, lo que han convertido la mejor campaña del siglo en una «bastante mala».

Retrasos

La vendimia de la uva está, además, retrasada en sus tareas. Apenas se ha cogido la uva para cava, mientras que se está cogiendo la tinta. Para coger las variedades más autóctonas como la Pardina o Cayetana, los agricultores están esperando a las previsiones que apuntan agua para la semana que viene. «Si llueve, la uva puede ganar un porcentaje de peso y la humedad en las viñas dará una sustancial mejora», dice Hierro, que considera que pueden esperar un poco porque la uva «no es mala” y se trata ahora de “salvar la campaña».

Aceituna

Sobre la aceituna, el desánimo es general. «Directamente hay zonas donde no existe la aceituna y donde no se va a pisar ni para recogerla», dice un productor de olivos que insinúa en el mal estado de muchos de ellos por las temperaturas.

Sequía

Una de las grandes preocupaciones para los agricultores es la sequía que se vive en Extremadura y España, algo que sigue afectando en mayor medida al campo. Con el regadío, seguramente, no hubieran existido tantos problemas, aunque ahora las dudas están en qué grado de confianza tienen los agricultores en un proyecto de regadío viendo cómo está el nivel de agua de embalses y pantanos.

Muchos son escépticos aún con el proyecto de regadío en la comarca, aunque otros consideran que se están dando los pasos correctos. La pregunta es: ¿darán un paso al frente los agricultores?

Unos son escépticos por el envejecimiento del campo. «Hay agricultores que tienen ya una avanzada edad y meterse en el regadío supone, de inicio, un importante desembolso en inversión que ya no quieren acometer. En cambio, los jóvenes agricultores quizá estamos más decidido a apostar por ello. Creo que sería bueno, por tanto, que incentivaran más a los jóvenes agricultores por parte de las administraciones», piensa Hierro, de la misma opinión que Fernando Sánchez, recientemente reconocido agricultor del año en Almendralejo. 

Otra de las preocupaciones actuales para hacer frente a la vendimia es la mano de obra. Este año hay menos trabajadores extranjeros que han apostado por quedarse en la vendimia de la uva y la aceituna en Tierra de Barros. Sabían que aceituna apenas había y es ahí donde ellos sacan un mayor rendimiento.

Este año han optado muchos de ellos, la mayoría de nacionalidad rumana, en quedarse en otras zonas como Córdoba o Francia. Todo eso, pese a haber subido los jornales para la actual vendimia, cobrando en torno a 60 euros por cinco horas. Y la mano de obra local cada vez es menor. 

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