Casi el 4% de los casos de trata de seres humanos de todo el territorio nacional se registran en Extremadura, según los datos aportados por la Fiscalía Provincial de Badajoz, zona en la que se concentra la mayor parte de estos delitos en la región. El dato es significativo, ya que en Extremadura, como en el resto del territorio nacional, la mayor parte de las víctimas son extranjeras, pero en aquí la inmigración no representa ni el 4% del padrón, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

«Vienen engañadas, o incluso conscientes de que van a ejercer la prostitución, pero ignoran las condiciones, son sometidas a prácticas sexuales especialmente depravadas o a una explotación en condiciones gravosas», alerta el fiscal de Extranjería en Badajoz, Antonio Luengo. Se refiere a que no obtienen ningún tipo de beneficio por esta actividad, más bien lo contrario, porque se les obliga a entregar a su tratante todo el dinero que consiguen para saldar la deuda que supuestamente mantienen con él. Les cobra por el traslado desde su país pero también por el piso en el que son explotadas, por la manutención,... Una deuda que nunca termina.

Desde la pandemia las investigaciones se han complicado por el decreto que ordenó el cierre de todos los prostíbulos de la región (solo quedan abiertos los que se camuflan como locales de hostelería, en Badajoz hay cinco de este tipo). Pero eso, lejos de acabar con la explotación sexual, ha llevado a que esta se ejerza de manera oculta, trasladándose a viviendas particulares. Hay identificadas 136, pero podría haber más porque es difícil su localización, reconoce el fiscal delegado de estos asuntos en Badajoz, Antonio Luengo.

Las operaciones se han complicado con el cierre de los prostíbulos porque la actividad se ha trasladado a pisos

Aún así durante el año pasado se realizaron 87 inspecciones en locales de alterne. Y en estos momentos se tramitan cinco causas por delitos de trata en la región, una de ellas procedente de una operación en uno de estos establecimientos en la localidad pacense de Puebla de Sancho Pérez, donde se identificó a tres víctimas mujeres a las que se obligaba a ejercer la prostitución, una de ellas tiene incluso una hija apátrida. Las tres están protegidas, pero solo una ha conseguido rehacer su vida.

Según la radiografía de la trata que elabora este fiscal, en Extremadura es muy frecuente el método de captación del ‘lover boy’, lo que se conoce vulgarmente como chulo. «El chulo engatusa a la víctima aparentando un alto nivel de vida. Inicialmente le da una buena vida, con un nivel más alto que en su país, pero luego las explota sexualmente, las amenaza con palizas o las introduce en la droga», explica. Perseguir este tipo de delitos, reconoce, es complicado porque su tramitación en los juzgados se dilata en el tiempo y la mayoría de las veces el tratante huye; porque las víctimas acaban retractándose al estar amenazadas o coaccionadas o porque se pierde de vista a las mujeres, que son trasladadas con frecuencia de un lugar a otro. «La trata supone no solo la captación, sino moverlas peor que el ganado. Si el putero va una vez a la semana y ve a la misma chica, se cansa, lo que quieren es carne fresca», afirma el fiscal.

En la región es frecuente la captación con el ‘lover boy’: El chulo que las engatusa y las explota

La prostitución es la forma de trata más frecuente en la región (y en España), pero no es la única. «Aunque la forma más usual de trata de seres humanos en España es la explotación sexual, no se puede confundir la prostitución y la trata», advierte el fiscal. Se han abierto así investigaciones por matrimonios forzosos (hay un caso en Talarrubias y Herrera del Duque), por explotación laboral (rumanos a los que se obliga a trabajar, sobre todo en la vendimia, sin alta en la Seguridad Social), por esclavitud o servidumbre o por obligarles a traficar con drogas. En este último caso, por ejemplo, se identificó a mafias chinas que explotaban a vietnamitas y albanos a vender marihuana, que cultivaban en explotaciones indoor. En todo 2021 en la Extremadura se realizaron 84 controles en centros de trabajo con sospecha de trata laboral, según los datos de la Fiscalía Superior.

‘Niños ancla'

También es frecuente el tráfico de menores, otra modalidad de trata, aunque en Extremadura no se ha identificado hasta ahora ningún caso. Son lo que se denominan ‘niños ancla’, que llegan a España a bordo de pateras. «La mayoría de los menores que vienen en las pateras no vienen acompañados por sus madres, sino que son mujeres que viajan para ser sometidas a explotación sexual. Necesitan montarlas en la patera para poder llegar a España y, para evitar que sean expulsadas de la embarcación, lo que hacen es que compran niños de madres fallecidas para podérselos adosar a estas mujeres y que puedan viajar en la patera» (solo pueden subirse madres con niños), explica Antonio Luengo. Es algo muy común sobre todo en conflictos bélicos.

Se persiguen otras formas de trata en Extremadura: explotación laboral o esclavitud

En estos momentos a nivel nacional hay 110 investigaciones en curso por trata de seres humanos, el 67,27% con fines de explotación sexual. Y en todo 2021 se identificaron 267 víctimas (64 de ellas en riesgo extremo y cinco menores), el 98,55% mujeres y el resto hombres. «Suele tratarse (los hombres) de transexuales porque hay un gusto creciente, incluso en Badajoz, por esa demanda de prácticas sexuales», advierte el fiscal provincial. «Se está derivando –añade- a fórmulas de sexo depravada porque la educación sexual que hay hoy en día es la pornografía, van buscando transexuales y menores».

Y apunta otro dato importante: El año pasado se investigó a 263 personas, de las que 128 eran mujeres, casi la mitad, y 133 hombres. «Es la trata sobre la trata. Es frecuente que una mujer que ha estado en explotación sexual pase a ser tratante. Es muy típico, por ejemplo, que una nigeriana salde su deuda con su tratante si trae a otra mujer de su misma población y la introduce en la trata, se las conoce como las mamis», subraya Luengo.

A todo ello se añade ahora una nueva línea de investigación: Las mujeres ucranianas que se han desplazado hasta la región huyendo de la guerra. Hasta el momento no se conoce ningún caso de explotación sexual con las refugiadas, pero se las mantiene identificadas para evitar que los tratantes se aprovechen de este fenómeno migratorio. Teniendo en cuenta además, incide el fiscal, que el aeropuerto de Badajoz, al ser de pequeñas dimensiones, es un lugar idóneo para trasladarlas con apariencia de turistas. «Cuando la guerra de siria hubo un éxodo de más de un millón de sirios y se calcula que se han perdido 100.000 niñas. ¿Dónde han terminado? Por eso de lo que se trata es de que estén localizadas», apostilla.