Pocas horas después de que el líder de Al Qaeda en Irak, Abú Musab al Zarqaui, apareciera en un vídeo para calificar de marioneta de EEUU al nuevo liderazgo iraquí, el secretario de Defensa estadounidense, Donald Rusmfeld, y la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, quisieron coincidir ayer por vez primera en Bagdad para dar un espaldarazo público al recién nombrado primer ministro, Jawad al Maliki, fruto de un frágil consenso entre las comunidades étnicas y religiosas del país. En su visita sorpresa a Bagdad, Rumsfeld abordó con Maliki el traspaso progresivo de las competencias de seguridad a tropas iraquís, lo que permitiría una reducción de los soldados de EEUU en el país.

"Es el momento de apoyar al Gobierno de unidad nacional iraquí. Nosotros estaremos allí para apoyarles", declaró Rice en el avión en el que viajaba desde Ankara. En un esfuerzo para apuntalar la autoridad de Maliki ante las amenazas de Zarqaui, Rice estimó que el cabecilla radical "sabe perfectamente que este Gobierno es representativo de la totalidad de la población".

"Este Gobierno --sentenció la secretaria de Estado-- constituye la más grande amenaza para sus esfuerzos de dividir a los iraquís". Es el segundo viaje de Rice al país en menos de un mes.

Rumsfeld se manifestó en términos similares a Rice a través de su secretario de prensa, Eric Ruff. "El presidente nos pidió que fuéramos a Irak para mostrar apoyo a este Gobierno", declaró el portavoz. El secretario de Defensa aprovechó para conminar a Maliki a conjurar las tentaciones sectaristas y apostar por el consenso. Maliki debería formar un Gobierno "con gente que entienda la importancia de coordinar ministerios no como carteras sectarias", dijo.

El nuevo primer ministro tiene ante sí la ardua tarea de nombrar a los miembros de su Gabinete, una suerte de encaje de bolillos para el que Maliki ha solicitado un plazo de dos semanas.

Lo único que se conoce a ciencia cierta es que los problemáticos ministerios de Defensa y de Interior estarán en manos de políticos no afiliados a ninguna de las formaciones políticas. La segunda cuestión en la agenda de Rumsfeld en Irak era avanzar con el Gobierno en las modalidades para el traspaso progresivo de las competencias de seguridad a tropas iraquís. "Están haciendo progresos impresionantes", dijo Rumsfeld, mientras presenciaba un entrenamiento. El general George Casey, comandante de la fuerza multinacional, anunció el año pasado "sustanciales reducciones" de soldados en el 2006.

INCULPADO POR TORTURAS Por otra parte, el Ejército de EEUU tiene previsto inculpar a un oficial de alto rango, el coronel Steven Jordan, por las torturas a prisioneros en la cárcel iraquí de Abú Graib, según revelaron ayer los rotativos The New York Times y The Washington Post citando al abogado del militar, que fue jefe de la unidad encargada de los interrogatorios entre septiembre y diciembre del 2003.