El viaje del Papa supone un apoyo de la Iglesia de Roma, formada por más de mil millones de católicos, a la pequeña comunidad cristiana turca, que cuenta con algo más de 100.000 fieles. Los católicos son 15.000, la mayoría en Estambul. Benedicto XVI es el tercer Papa que visita Turquía. En 1969 lo hizo Pablo VI y, en 1979, Juan Pablo II. Juan XXII, antes de ser Papa, estuvo 10 años como delegado apostólico.