TTtodo parecía controlado pero nos ha llegado una nueva avalancha de enfermos. Si el lunes estaba contento porque ya no quedaba gente que operar de urgencia y los cientos de enfermos que permanecían en los jardines del hospital general no necesitaban más que curas y seguir con un tratamiento hasta su recuperación total, el martes nos llegaron mas enfermos.

La situación ha variado de un día para otro y en algunos casos esto va a peor, aunque la organización es mejor que hace una semana. Han llegado cientos de personas con contusiones de diverso tipo que han sido recogidos por los servicios de ayuda de las calles de Puerto Príncipe y de los alrededores de la capital. Y ahora hay que atenderlos rápidamente, porque después de casi dos semanas, algunos están muy mal. Los hay que llegan incluso deshidratados y en muy malas condiciones. Además, debemos evitar infecciones si queremos que los haitianos se vayan recuperando físicamente.

Aunque el grupo de Bomberos Voluntarios Sin Fronteras con el que he llegado a Haití permanecerá aquí tres meses, yo espero poder marcharme en pocos días. Ahora le toca el turno a otros especialistas. Se necesitan epidemiólogos y médicos de familia para hacer un seguimiento de los enfermos y de las posibles complicaciones que se vayan produciendo, además de practicar las curas que son necesarias para evitar infecciones e, incluso, posibles epidemias. El problema es que algunas instalaciones hospitalarias haitianas han quedado derruidas y se necesitan más hospitales de campaña para recuperar a los heridos y para que realicen correctamente el postoperatorio aquellos que han sido intervenidos, especialmente los que han perdido sus casas y no tienen donde poder recuperarse de las heridas.

Pero no solo se necesitan especialistas para los físico; también es necesario actuar en el aspecto psicológico. Ahí hay mucho trabajo por hacer y los especialistas que vengan tendrán que ayudar a esta gente a sobrellevar su dolor, porque la ciudad está derruida; llena de escombros; y la mayoría ha perdido algún familiar y su casa.