La crisis humana es inminente en la frontera libio-tunecina y unas 140.000 personas ya han huido desde Libia hacia Túnez y Egipto, afirmó hoy el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR). "Nuestro personal en la frontera libio-tunecina nos ha dicho esta mañana que la situación está alcanzando un punto de crisis", dijo la portavoz del organismo, Melissa Fleming. Unas 14.000 personas llegaron ayer a la frontera con Túnez -la mayor cifra registrada hasta ahora en un solo día- y se espera que hoy lleguen entre 10.000 y 15.000 personas. En los últimos diez días, entre 70.000 y 75.000 personas han cruzado de Libia hacia Túnez, y unas 69.000 personas del lado egipcio aunque, a diferencia de los primeros, estos últimos han podido ser transportados en autobuses a distintos pueblos y ciudades. Sólo 3.000 esperan en los alrededores del paso de frontera egipcio-libio ser trasladados al lugar que indiquen. En cambio, "decenas de miles de personas" esperan en la frontera libio-tunecina algún medio de transporte, mientras aumentan los problemas de falta de agua y alimentos, y la higiene también se degrada, señaló la portavoz. Por esa razón, indicó que si se quiere evitar una crisis humanitaria en la frontera con Túnez se necesita transporte urgente. Añadió que miles de personas esperan del lado libio poder pasar a Túnez y que gran parte de ellas lleva al menos tres días durmiendo a la intemperie. El ACNUR levantó 500 carpas ayer e instalará hoy 1.000 adicionales, con lo que unas 12.000 personas podrán dormir a cubierto esta noche. Fleming subrayó que a su organismo le preocupa mucho que no se esté dejando entrar en Túnez a un gran número de personas de origen subsahariano -supuestamente por falta de documentos- y que está en "negociaciones" con personas que están vigilando voluntariamente la frontera para que se les deje atravesar. Sin embargo, reconoció que se teme que la verdadera razón de bloquearles el paso sea "el racismo" y recalcó que "todas las fronteras deben permanecer abiertas sobre una base no discriminatoria". Precisó que la muerte violenta de diez somalís en los últimos días muestra lo delicado de la situación para los africanos subsaharianos.