Boris Johnson anunció el comienzo de un nuevo capítulo en nuestra historia, al presentar en la Cámara de los Comunes el documento post-Brexit alcanzado el pasado 24 de diciembre. "Una nueva relación entre Gran Bretaña y la Unión Europea, en igualdad de soberanía", señaló. El primer ministro abrió la sesión extraordinaria del Parlamento, en la que los diputados, muchos de ellos presentes sólo virtualmente, aprobaron el acuerdo por 521 votos a favor y 73 en contra.

El pacto requirió una tramitación exprés para que la nueva legislación entre en vigor a las 11 de la noche hora de Londres este 31 de diciembre, momento en el que expira el periodo transitorio para abandonar la UE. El texto pasó a la Cámara de los Lores y debía quedar completado con el sello real, a cargo de Isabel II que permanece en el castillo de Windsor. El acuerdo, que Johnson firmó a primera hora de la tarde, había llegado a Londres procedente de Bruselas en un avión blanco de la Royal Air Force, que aterrizó en el aeropuerto de la City de Londres.

Lograr lo imposible

En su intervención, sabedor de que no habría oposición alguna a la que enfrentarse, Johnson regaló los oídos a los conservadores insistiendo en la soberanía recobrada, que fue también el principal argumento de la el mismo que utilizó durante el referéndum. "Vamos a comerciar y a cooperar con nuestros vecinos europeos en los términos más estrechos de amistad, y buena voluntad pero retenemos el control soberano de nuestras leyes y de nuestro destino nacional".

Johnson se vanaglorió de haber conseguido lo que sus críticos creían imposible. El propósito central de esta ley es lograr algo que los ciudadanos británicos sabían, en sus corazones, que se podía lograr, aunque les dijeron que era imposible.

La única manera de evitar una salida sin acuerdo

La oposición laborista votó a favor, aunque hubo algunos votos contrarios de diputados disidentes. El líder del partido, Keir Starmer, que había apoyado la permanencia en la UE en el referéndum del 2016, respaldó el acuerdo como un mal menor. Después de cuatro años y medio de debate y división finalmente tenemos un tratado con la UE. Es imperfecto, es demasiado pequeño y es la consecuencia de las decisiones políticas del primer ministro, declaró. Pero sólo tenemos un día antes del final del periodo de transición y es el único acuerdo que tenemos. El dilema estaba claro. Finalmente, votar a favor de este tratado es la única manera de estar seguros de que evitamos una salida sin acuerdo.

Liberales, independentistas escoces, verdes y diputados de Irlanda del Norte votaron en contra, como ya habían avanzado.

El covid obligó a la inmensa mayoría de los parlamentarios a intervenir por conexión de video en un ambiente de cansancio y con ganas de pasar página.