Conflicto en Oriente Próximo

El Congreso de EEUU deja sin financiación a la UNRWA en su acuerdo de presupuestos

El proyecto de ley pactado entre republicanos y demócratas impide la aportación de fondos a la agencia de la ONU para refugiados palestinos hasta marzo de 2025

También pone condiciones vinculadas a Israel a las contribuciones al Consejo de Derechos Humanos de la ONU y el Organismo Internacional de Energía Atómica

Un trabajador palestino transporta un saco de harina de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) a un campamento de refugiados en la ciudad de Rafá, en el sur de la Franja de Gaza.

Un trabajador palestino transporta un saco de harina de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) a un campamento de refugiados en la ciudad de Rafá, en el sur de la Franja de Gaza. / EP

Idoya Noain

Estados Unidos se dispone a dar un golpe brutal a la UNRWA, uno de los últimos salvavidas que le quedan a la población en Gaza. Tras haber dejado en suspenso en enero sus aportaciones económicas a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos después de las acusaciones de Israel de que 12 de sus 13.000 empleados cooperaron con Hamás en los ataques del 7 de octubre, Washington ahora está a punto de cortar esa financiación por lo menos hasta marzo del año que viene.

Esa decisión de congelar las aportaciones está enterrada en meras 14 líneas en la página 1.010 de las 1.012 que recogen la mastodóntica propuesta de ley de presupuestos que republicanos y demócratas han acordado para garantizar con 1,2 billones de dólares las cuentas de EEUU hasta septiembre. Ese proyecto de ley se va a intentar aprobar contra reloj este fin de semana para evitar un cierre operativo del gobierno de EEUU.

Momento crítico

La congelación por un año de los fondos para la UNRWA por parte de EEUU, que históricamente ha sido su principal financiador y el año pasado le aportó 370 millones de dólares, llega en un momento crítico para los palestinos en la Franja. La población padece hambre e inanición y se asoma a una hambruna por las restricciones a la entrada y distribución de ayuda humanitaria y bienes comerciales impuestas por Israel, país al que hace solo dos días el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, acusó de cometer un “crimen de guerra” usando el hambre como “método de guerra”.

Algunos países que como EEUU suspendieron en enero sus aportaciones a la UNRWA, aunque aún no se han demostrado las acusaciones que Israel realizó sin aportar pruebas, han anunciado recientemente que volverán a dar fondos a la agencia, entre ellos Canadá, Suecia, Australia e Islandia. Otros han intensificado sus aportaciones, incluyendo España, la Unión Europea y Arabia Saudí. Pero es difícil complementar el vacío que dejará EEUU en los próximos 12 meses, incrementando los problemas que enfrenta la agencia, bajo un asalto constante y recrudecido de Israel.

El fantasma de Trump y el peso del lobi proisraelí

Con elecciones presidenciales en noviembre en EEUU, y con la posibilidad de que Donald Trump vuelva a la Casa Blanca, las aportaciones de Washington a la UNRWA podrían quedar congeladas más allá de la fecha de marzo de 2025 que se recoge en la propuesta de ley presupuestaria. Algunos republicanos piden directamente que EEUU deje de dar fondos a la agencia o llaman incluso a su abolición, una idea que según documentos obtenidos por ‘The American Prospect’ ha estado impulsando entre los legisladores el Comité de Asuntos Públicos Estadounidense-Israelí (AIPAC), el influyente grupo de lobi proisraelí.

El poder de ese grupo ha calado en otros elementos del acuerdo presupuestario que, una vez aprobado, recibirá la firma del presidente Joe Biden. Veta, por ejemplo, que Washington de fondos al Consejo de Derechos Humanos de la ONU salvo que ese organismo saque a Israel como tema de su agenda o aportar financiación al Organismo Internacional de Energía Atómica si el secretario de Estado de EEUU determina que no se permite a Israel su derecho a participar en las actividades de esa agencia. También impide destinar fondos para trasladar la embajada estadounidense a cualquier sitio que no sea Jerusalén.

El proyecto de ley incluye además casi 500 millones de dólares para los sistemas de defensa de Israel, que se suman a las provisiones anuales de 3.300 millones para financiar la compra por parte de Tel Aviv de armamento estadounidense.