Pese al creciente número de víctimas civiles de las últimas horas en los puntos de control militar establecidos en Irak, los altos mandos estadounidenses respaldaron ayer la actuación de sus soldados.

Washington justificó el proceder de sus tropas --que entre ayer y el lunes acabaron con la vida de ocho civiles, en su mayoría mujeres y niños, en dos controles-- debido al nerviosismo y temor a ataques suicidas iraquís. "Hicieron lo apropiado", manifestó el general de Marines Peter Pace.

"Tenemos nuestro derecho a la autodefensa, base de nuestras normas de vigilancia", añadió el general Vincent Brooks, desde Doha (Qatar), mientras Jim Wilkinson, portavoz del general Tommy Franks, comandante supremo de las fuerzas estadounidenses en el golfo Pérsico, culpó de estas muertes al régimen de Bagdad, por sus "tácticas terroristas" que mantienen en vilo a las tropas de EEUU.

El portavoz de las fuerzas británicas, coronel Chris Vernon, dejó claro que los jóvenes oficiales que pelean en Irak tienen el "completo respaldo" de sus superiores en cualquier situación, "pase lo que pase".

TEMOR A ATAQUES SUICIDAS

Desde el sábado pasado, cuando un taxista suicida mató a cuatro soldados estadounidenses en un control cerca de Najaf, los nervios de los militares de EEUU han estado a flor de piel. La situación empeoró el domingo, cuando un electricista egipcio entró con un camión en un campamento estadounidense en Kuwait, e hirió a 15 soldados. La respuesta ha sido reforzar las medidas de seguridad y los controles y aplicar las normas con mayor dureza. Siguiendo esas normas, los soldados de los controles dan el alto a todo vehículo civil que se acerque. Si no obedece, efectúan un disparo de aviso, seguido por otro al vehículo si no se para, y otro más para matar al conductor, si continúa adelante.