Adiós al AVE a Lisboa. El nuevo Gobierno de Portugal hizo oficial ayer lo que hasta ahora era solo una promesa electoral: suspende la construcción de los dos tramos previstos en suelo luso (entre Caya y Lisboa) dentro del proyecto de alta velocidad que debía unir en el 2013 las dos capitales de la península Ibérica a través de Extremadura. Eso sí, el país vecino deja abierta la puerta a retomar las obras en el futuro si hay un cambio en las condiciones económicas del país y se revisan los costes del proyecto.

El nuevo Ejecutivo portugués entregó ayer en la Asamblea de la República --el parlamento luso-- su programa de Gobierno. Este documento recoge las principales líneas de actuación a desarrollar durante los próximos cuatro años. Dentro de la batería de medidas que aparecen resumidas a lo largo de las 129 páginas del texto, se incluye la suspensión del AVE como primera decisión en materia de transportes. "Suspender el proyecto de Alta Velocidad Lisboa-Madrid", recoge literalmente el documento.

No obstante, el recién constituido gobierno luso, formado por los partidos de centro derecha PSD y CDS-PP, deja abierta la puerta a retomar el proyecto en el futuro si cambian las condiciones económicas. "Podrá someterse el proyecto a una nueva evaluación, incluyendo el contenido y calendario, desde una óptica de optimización de costes, a la luz de los nuevos condicionantes, y que deberá tener en cuenta el status jurídico de los contratos ya firmados. Una eventual renegociación podrá surgir de una evaluación de este tipo", advierte en el propio documento.

El contenido de este programa de Gobierno, en el que también se incluyen otras medidas como el replanteamiento del nuevo aeropuerto de Lisboa, será discutido en el pleno de la Asamblea de la República portuguesa mañana y el viernes. Pero pocos o ningún cambio se pueden esperar dado que PSD y CDS-PP suman mayoría absoluta en el parlamento tras las elecciones legislativas celebradas el pasado día 5 de junio.

COMPROMISO ELECTORALDesde Madrid, el Ministerio de Fomento negó ayer haber recibido comunicación oficial alguna sobre este tema por parte del nuevo Gobierno portugués. Aunque eso sí, era una noticia esperable. De hecho el ministro José Blanco ya advirtió, hace justo 10 días, de la posibilidad de que surgiesen problemas en el proyecto Madrid-Lisboa por los planteamientos del PSD y el CDS-PP.

Ambas formaciones políticas han concurrido a las elecciones legislativas con el compromiso de truncar el proyecto del AVE si llegaban al gobierno. Los socialdemócratas del PSD, que ya defendieron la paralización en los comicios del 2007 --entonces fueron derrotados por el socialista José Sócrates, el gran valedor del AVE--, lo han hecho de una forma más comedida, planteando sólo la revisión del proyecto. "Debe ser renegociado a la luz de nuevos condicionantes, incluyendo contenido y calendario. El PSD entiende que esta conexión de alta velocidad no se considera en este momento prioritaria, máxime porque España ha decidido no hacer la conexión más directa a Madrid, optando por desviar el tráfico hacia un circuito intermedio que pasa a unir un conjunto de ciudades de la Extremadura española, por lo que debería haber concluído que la tecnología de alta velocidad no es la más adecuada para esta conexión. (...) La actual configuración física del proyecto debe ser replanteada desde una óptica de la optimización de costes", recogía su programa electoral.

El CDS, por su parte, lanzaba un compromiso político más firme: "defendemos la suspensión del AVE. Los problemas que Portugal atraviesa hacen absolutamente incomprensible que se continúe con esta obra que contribuiría de forma irremediable a aumentar nuestro endeudamiento y restringir aún más el crédito disponible".

SITUACION DEL TRAZADO El PSD ganó las elecciones del día 5 con el 38,7% de los votos, frente al 28% obtenido por los socialistas. Esa victoria con mayoría simple ha obligado a los socialdemócratas a pactar con el CDS-PP (11,7% de los sufragios) para formar gobierno y situar a su líder, Pedro Passos Coelho, como primer ministro.

Después de los comicios y hasta ayer, el nuevo Ejecutivo luso no había vuelto a referirse al AVE. El único gesto había sido dejar en manos de un economistas claramente opuesto al proyecto, Alvaro Santos Pereira, el Ministerio de Economía, incluidas las competencias en transporte y obras públicas.

Con la confirmación de la suspensión de la línea, el centro derecha portugués tumba --al menos de forma provisional-- el que había sido uno de los grandes proyectos defendidos por el anterior primer ministro, José Sócrates. No obstante, la alta velocidad Madrid-Lisboa estaba ya prácticamente en punto muerto en el país vecino. Por un lado, el proceso de adjudicación de las obras del tramo Lisboa-Poceirao quedó suspendido en mayo del 2010 ante las dificultades para encontrar financiación. Por otro, el trazado entre Poceirao y Caya arrastraba ya varios meses de retraso en el inicio de su construcción porque el Tribunal de Cuentas luso no da el visto bueno a los contratos con las empresas adjudicatarias.

El coste del proyecto en Portugal está cifrado en más de 3.000 millones de euros. De ellos, 380 eran aportados por Bruselas. Portugal se expone ahora a perder ese dinero comunitario.