1. Tras un nuevo recorte en la Universidad de Extremadura, ¿puede sostenerse el proyecto Uex tal y como se concebió?

Por supuesto que sí, ya que entonces se contemplaba con generosidad las partidas presupuestarias necesarias tanto para el personal como para las infraestructuras. Otra cosa es si durante estos años dichas partidas han sido convenientemente asignadas para lo proyectado entonces. En algunos momentos del pasado, creo que no.

2. En más de 20 años, la sociedad ha cambiado, ¿debe también hacerlo la Uex?

La Uex cambia continuamente, como parte de la sociedad que es. Lo que sucede es que hay estructuras en la universidad (implantación de títulos, formación de profesores, etc.) que no se conforman en dos o cinco años, sino que se requiere tiempo para su consolidación. Lo que no se puede hacer es implantar un título, contratar y formar al profesorado necesario y al cabo de pocos años decir que lo hecho no es conveniente ¿qué hacemos entonces con lo hecho?

3. ¿Cree que la universidad se ajusta a las demandas de la sociedad? ¿Tenemos la universidad que necesita Extremadura?

Tenemos la universidad que a través de los años se ha ido formando, a veces teniendo en cuenta las necesidades del entorno y en otras con estudios que, aunque no los demande la sociedad son necesarios si se pretende dar una formación integral a sus estudiantes.

4. ¿Cuál cree que es el principal problema que tiene la universidad en la actualidad?

El de siempre, el de su pecado original: la separación de la misma en diferentes enclaves. Creo que esa particularidad no se ha tenido en cuenta a la hora financiar la Uex; por decisiones políticas hay que poner servicios (bibliotecas, comedores, administrativos,...) en todos los enclaves. Nuestro alumno no es como el de la mayoría de universidades. Y eso ha de reflejarse.

5. La cuarta parte de los títulos de la Uex no cubren la mitad de sus plazas. ¿Hay que redimensionar la oferta?

El plan Bolonia ha sido utilizado torticeramente por muchos responsables educativos en España, introduciendo en el mismo medidas que en nada tienen que ver con dicho plan. De hecho en casi nada ha influido en la ampliación o reducción de títulos. En cuanto a las plazas cubiertas, muchas o pocas, eso se ha dado tanto en títulos antiguos como en nuevos. Desde luego, cada cierto tiempo hay que "repensar" la oferta educativa, pero no se puede hacer de un día para otro, y hay que manejar muchas variables a la hora de tomar una decisión.

6. El personal es el mayor gasto de la Uex. ¿Reducir títulos supondría un ahorro económico?

Muy poco. Pero el profesorado "excedente", en el caso de que hubiera que suprimir algún título, puede ser empleado en institutos de investigación, cubriendo de así las funciones de la universidad: formar, investigar y desarrollar el ámbito cultural de la sociedad. Al lado de la reformulación de los títulos, habría que abordar urgentemente la dimensión de las Areas de Conocimiento, que en algunos ámbitos están sobredimensionadas.

7. ¿Ha sido acertado duplicar titulaciones y dispersar la oferta en cuatro campus?

Las cosas hay juzgarlas en el momento. A toro pasado, es muy fácil. La Uex ya nació "duplicada". No obstante, la creación, ampliación o supresión de títulos y sedes es responsabilidad de los representantes públicos. Lo mismo que en su momento se decidió políticamente que la Uex naciese y viviese dividida, ahora se puede decidir lo contrario ¿hay algún responsable público decidido a hacerlo? Pues, manos a la obra!

8. En cuánto a la investigación, ¿está aprovechado el potencial de la Uex?

Creo que en algunos ámbitos sí y en otros no. Desde luego, para enjuiciar esto hay que tener en cuenta el tejido económico, industrial y social de nuestra región. La Uex oferta todo lo que tiene, la sociedad tiene que saber aprovecharse de ella.

9. ¿Cómo valora la evolución de la institución en estos años y cómo vislumbra su futuro?

Para el poco tiempo de existencia de la Uex, ha sido mucho lo hecho, en medio de escasez de medios, de luchas capitalinas, de profesorado joven,... Han sido tantos los alumnos titulados, tantos los trabajos de investigación, que Extremadura sería ininteligible hoy sin su universidad. Si los responsables públicos apuestan de verdad por ella ésta dará a cambio sus conocimientos e ilusión. Pero para ello hay que echar gasolina...