En Extremadura hay unas 16.000 personas que pertenecen al pueblo romaní. La comunidad se reparte, principalmente, entre Badajoz, Cáceres, Plasencia, Navalmoral de la Mata, Mérida, Miajadas, Montijo, Olivenza, Zafra y Villafranca de los Barros, que son las localidades con más presencia de este colectivo. No hay registros oficiales de cifras, pero es el cálculo más aproximado que ofrece Emilio Santos Silva, secretario de la Federación Conciencia Gitana de Extremadura (Fecogex), una asociación que lleva décadas trabajando en la región en defensa de los derechos de su cultura. Santos asegura que la falta de trabajo es ahora el principal problema, «porque el 65% de las familias tienen que irse». «Se marchan por un periodo de cinco o seis meses a Baleares, Canarias, la Costa Brava o la Costa del Sol, y eso tiene unas consecuencias muy importantes, como por el ejemplo el desajuste escolar de aquellos niños que están escolarizados aquí y se ven expuestos a un cambio drástico a mitad de curso. Sufren entonces una recesión en sus estudios con respecto al resto de alumnos de su edad. Llevamos años implicados en la educación escolar...», expone Santos.

También pone el foco en otra realidad: «Y tenemos que sumar a aquellos jóvenes gitanos y gitanas que han tenido que dejar sus carreras universitarias o formaciones profesionales para trabajar debido a la gran necesidad que había en sus casas».

La historia

Si se echa la vista atrás a la historia más reciente de España, hasta el año 1979 los gitanos no fueron reconocidos por la Constitución como ciudadanos de pleno derecho. Fue entonces cuando se les reconoció la igualdad que se les había negado desde los Reyes Católicos.

Además, durante el franquismo fueron perseguidos primero por la ley de vagos y maleantes y después por la de peligrosidad y rehabilitación social. Siempre estaban bajo sospecha.

Lo cierto es que en ese año 1979 la realidad de la población gitana era muy compleja: el 64% estaba sin censar, no constaba en los registros civiles; el 75% vivía en chabolas; un 70% de los mayores de catorce años eran analfabetos; y el 80% carecía de un trabajo fijo.

Esa imagen queda ya en el pasado, «aunque hay quien nos quiere seguir viendo igual y solo destaca eso», subraya Santos.

La RAE

Hoy día la Real Academia Española de la Lengua (RAE) recoge como sinónimo de gitano el término trapacero (en su quinta acepción). El significado que ofrece es: «Que emplea trapazas. Que con astucias, falsedades y mentiras procura engañar a alguien en un asunto».

«Los estereotipos, los prejuicios, siguen estando ahí», se lamenta Emilio Santos.

Y hace una crítica reflexión con respecto a la jornada que están a punto de festejar: «El 8 de abril (mañana lunes) es el Día Internacional del Pueblo Gitano, y entonces nos harán subir a las nubes. Estaremos en la prensa, en la radio, en la televisión... y un montón de cosas más. Pero resulta que el 9 de abril se abre esa nube y nos volvemos a caer en la realidad. Yo creo que eso no es avanzar».