El arzobispo de Mérida-Badajoz, Santiago García Aracil, presidirá el jueves, en la iglesia de San Francisco de Sales, el acto de desagravio al Santísimo por los actos sacrílegos ocurridos en este templo a principio de mes.

La iglesia de San Francisco de Sales, situada en la antigua barriada de la Paz, fue objeto en la madrugada del viernes 10 de junio del robo de todo el material religioso que se utiliza en la eucaristía, incluidas 200 hostias consagradas.

El acto de desagravio y reparación comenzará a las 18.30 horas con la Adoración de la Eucaristía. Tras dos horas de rezos, a las 20.30 horas, se dará paso a la celebración de una misa presidida por el arzobispo.

El presidente de la Junta de Cofradías de Mérida, José Antonio Calvo, ha cursado un aviso a los hermanos mayores para que asistan a este acto acompañados de los miembros de las junta de gobierno correspondiente.

Además, desde el arzobispado se ha hecho un llamamiento "a todo el pueblo de Dios en Mérida" para que acudan a este acto.

También, y ante la profanación y robo de objetos sagrados en esta iglesia, las parroquias han acordado que las colectas del próximo fin de semana vayan destinadas a la de San Francisco de Sales, como un gesto de comunión y solidaridad, a fin de reponer los objetos sagrados, imprescindibles para el culto.

EL BOTIN En cuanto al robo, los ladrones, que entraron tras forzar una ventana, se llevaron el sagrario, en cuyo interior había un copón con 200 formas sagradas; dos cálices, una talla de un metro de alto con dosel de la Virgen de la Asunción, una vinajera, una crismera, un incensario, una patena para distribuir la sagrada comunión, un acetre y un hisopo. También desapareció del templo un amplificador y una columna de sonido.

El párroco de San Francisco de Sales, Guillermo Díaz, indicó que la policía sospecha de un grupo de rumanos y afirmó que no descarta que el destino final de estos objetos religiosos sea algún grupo satánico para la realización de misas negras. En este sentido contó como en una subasta en internet se vendía por 3.000 euros una sagrada forma bendecida por el Papa Pablo VI, "que fue retirada", aseguró el sacerdote.