La música no se va de vacaciones, no entiende de julio y agosto, ni de playa o montaña, porque solo está para sentirse y cualquier momento del año es favorable para disfrutarla. Si a esto le sumamos la posibilidad de hacerlo en buena compañía, con personas que compartan la misma pasión, y en un enclave singular ubicado en plena naturaleza, la experiencia se convierte en única. Buena cuenta pueden dar de ello los 50 jóvenes que han participado en la tercera edición del Campus en Acción, una iniciativa musical promovida por la Asociación Cultural Joven Orquesta Ciudad de Mérida (JOCME). Durante 10 días, las instalaciones que la empresa Nutaracción tiene en el municipio de Aljucén han acogido el desarrollo de una amplia programación de actividades, entre las que no han faltado las destinadas a la formación musical teórica y práctica de los participantes, pero sin perder de vista el ocio, y todo ello en un clima de convivencia.

La directora de la JOCME, Pilar Vizcaíno, explica que este campus musical surgió de la necesidad de ampliar los ensayos de la orquesta y se pensó que una buena forma de seguir ensayando sería haciéndolo a través de un campamento de verano. Sin embargo, los participantes no son solo músicos de la orquesta, ni siquiera de la escuela de música que dirige Vizcaíno, sino que también han acudido procedentes de otros puntos como Málaga, Sevilla, Canarias o Salamanca. «Estamos muy contentos porque cada año la acogida es mejor», sostiene la responsable. «Lo que hacemos principalmente es tocar, porque es lo que les gusta y vienen a hacer básicamente, pero como no podemos tenerlos tampoco todo el día tocando, también hay muchas actividades complementarias como piscina, multiaventura o talleres de teatro», destaca Vizcaíno.

Esta propuesta estival aporta a los participantes conocimientos musicales, pero también les enseña a «convivir con un grupo y pertenecer a él», así como valores tan importantes como «la constancia, el respeto, la tolerancia y el esfuerzo». «La verdad es que están siempre al pie del cañón y son todos muy buenos», subraya Vizcaíno. La JOCME tiene una plantilla de profesores voluntarios y, en este campamento, han participado 14 profesionales que han abarcado las disciplinas instrumentales propias con las que contaría una plantilla normal de orquesta.

Cabe destacar que la orquesta, con sus jóvenes músicos, se ha convertido en una referencia musical de la ciudad a pesar de que se puso en marcha hace apenas tres años. «No hacemos más que intentar sacar la música a la calle y ver cómo podemos sorprender a la gente», afirma su directora, quien reconoce que Mérida «está creciendo a nivel musical de una forma espectacular en los últimos años». «Cada día hay más jóvenes que dedican su tiempo a la música», apunta. Saray Sánchez, de 18 años, estudia flauta travesera y ha participado por tercer año consecutivo en el campus. «Tenemos un repertorio complicado, con horas de mucho trabajo y esfuerzo, pero nos lo pasamos en grande que al final es lo que cuenta». En el caso de María Rapestre, también de 18 años, y estudiante de trompa, ha acudido por segunda vez al campus. «No me lo podía perder porque aparte de lo que es la música, aprendes el trabajo en equipo, además de unir lazos con más gente y con tus amigos más todavía. Somos una familia enorme y una pasada», confiesa.