Ahora que la parte podemita de la mitad del Gobierno (de España) que equivale a la mitad de la parte contratante de la primera parte que está considerada como la parte contratante de la mitad del gobierno de Sánchez o sea, son lo mismo; ahora que quieren imponer un lenguaje políticamente cursi y a cascoporro obligar a hablar finolis, ahora se tendrá que poner de moda el silencio antes que hablar como ellos proponen. Porque ahora me acabo de enterar que a los negros no les podemos llamar negros (y eso que hay muy poquitos en Mérida) ni siquiera personas de color (porque eso es un eufemismo), sino personas afrodescendientes, ¡toma ya, Pelín!; ahora que a las tiendas de los chinos no les puedo llamar ‘chino’ porque está muy mal visto definir una tienda por el origen de una persona que la regenta (que eso mismo se lo podían decir al chino Miguel, que se lo llama a sí mismo) y a varios ministros (y ministras, oiga) eso les suena a insulto (para esto de los insultos son muy delicados ellos): Ahora que ni Fernando Delgado ni yo somos cojos sino personas de movilidad reducida, verán como acabaremos en saltimbanquis, ahora que no puedo enviar a tomar por .... a nadie (ustedes perdonan la carnal grosería) porque sería homófoba tal intención y como me descuide me dan a mí por el ídem.

Ahora yo voy y digo que estoy hasta las narices de la comunicación inclusiva, de la escritura inclusiva y del lenguaje inclusivo. Y lo estoy por exluyente, porque me parece un abuso el sexismo en el lenguaje, la sexualización de la lengua o la deconstrucción (yo también puedo ser fino) de los códigos culturales vigentes hasta ahora. De esta forma solo se obstaculiza la comprensión y el aprendizaje llegando a lemas papanatas: Todas-todos-todes. La lengua, el lenguaje, evoluciona solito sin necesidad de estas directrices de neutralidad de género, esta mezcla de cuestiones morales, banderías políticas y la normal evolución del lenguaje como reflejo de la sociedad. A mí me fastidia y considero que atenta a mi libertad que me dicten qué puedo decir y cómo debo comportarme. Y eso vale para todes.