El Ayuntamiento de Mérida destinará 2,2 millones de euros del remanente positivo de tesorería a paliar el impacto de la inflación en los servicios municipales. La modificación de crédito se aprobó este jueves en el pleno municipal y supondrá el retraso o la reducción de otras inversiones que ya estaban previstas, como el museo de murales en La Antigua, el plan de empleo femenino o un programa de concienciación ciudadana sobre el cambio climático.
Los fondos irán a pagar facturas de gas, electricidad o la revisión anual de los contratos de servicios municipales conforme al IPC: transportes urbanos (120.000 euros más al año), limpieza (185.000), jardines (112.000) o alumbrado (600.000). A preguntas de los medios, el alcalde, Antonio Rodríguez Osuna, ha afirmado este viernes que es una «buena operación» destinar estos fondos del remanente a los sobrecostes.
"Ingeniería financiera"
«Claro que cuadran las cuentas municipales, lo que hemos querido es aprovechar que tenemos un remanente positivo de tesorería, un superávit de 19 millones de euros, para no asumir con fondos propios esas subidas del IPC, que son en torno a 2,2 millones. Al final es ingeniería financiera», ha dicho en un acto con los mayores, informa Europa Press.
Según ha explicado, todos los proyectos que se han pospuesto son cuestiones que se iban a ejecutar de aquí a final de año, pero se abordarán más adelante porque «quizás no sean tan urgentes como cumplir los compromisos con las empresas y con los contratos que este ayuntamiento tiene obligaciones».
La modificación de crédito, ha explicado, permite mantener el presupuesto en lo que queda de año para «afrontar todos los gastos que tenemos», al tiempo que asegura una «solvencia financiera» por si todavía hubiera que hacer frente a otros repuntes en las facturas energéticas. La modificación se aprobó en el pleno con los votos del PSOE y la abstención de Unidas por Mérida y Ciudadanos en el pleno de este jueves.
