Barrio Sésamo también se viste de romano en la Mérida Imperial

Epi y Blas, la rana Gustavo, el monstruo de las galletas y Coco han abandonado durante unos días Barrio Sésamo y se están divirtiendo en Emerita Lvdica. Los asistentes a la multitudinaria fiesta de recreación histórica se han asombrado con las virtuosas creaciones que se pueden encontrar en el puesto del marionetista Eduardo Silva (argentino afincado en Badajoz). Su caseta está ubicada a pocos metros del Arco Trajano. Con paciencia y cariño logra hacer a mano todo tipo de marionetas. Y lo mismo se puede comprar un dinosaurio hambriento y dispuesto a dar un mordisco a residentes y turistas que los personajes de Barrio Sésamo. “Unos cuantos millones de críos lo pasaron en grande con aquellos muñecos de la tele. Con ellos las risas estaban aseguradas”, manifiesta el artista.

Mérida abre sus puertas a las legiones romanas y toda la ciudad se implica

Silva recorre diferentes festividades y mercados mostrando su arte y durante este fin de semana hace lo propio en Mérida. “Esto es un puesto enfocado a todos los públicos, pero sobre todo para los niños. Les llaman mucho la atención y les gusta tocarlas”, asegura. Habla así mientras unos muchachos están, precisamente, probando varios de sus productos y los pequeños les dicen a sus padres que le compren una. Los progenitores acceden a dicha propuesta de manera satisfactoria. “Me encanta”, indica el crío. 

Otros paseantes aprovechan el reportaje de este diario para sacarle fotos a los títeres (algunos de ellos están ambientados en la época romana). “La música, los puestos, el ambiente y los espectáculos son lo mejor de Emerita Lvdica. Es una pasada que la ciudad se vuelque tanto”, destaca el creador de estas originales, divertidas y desenfadadas marionetas. La de Silva es sola una de las muchas casetas que se pueden encontrar instaladas en la capital extremeña, donde se pueden adquirir objetos de gran calidad.

Mérida, una fiesta imperial

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