E

l año en que nació El Periódico

Extremadura, los periódicos de todo el mundo trataban de reflejar en sus páginas la actualidad de un momento que era también agitado y convulso como el actual. Hacían lo que la prensa ha hecho siempre desde que la sociedad comenzó a utilizar el papel para comunicarse.

En 1923, año en el que se fundó en

Cáceres El Periódico Extremadura, pasaron muchas cosas, y se pusieron las bases de otras muchas que posteriormente se convertirían en acontecimientos mundiales. Por ejemplo, en 1923 se descubrió la tumba de Tutankamón en Egipto y murieron dos grandes de la arquitectura y un excelente pintor: Gustavo Eiffel, Antonio Gaudí y Joaquín Sorolla.

A cambio, nacían a la vida la que iba

a ser la mítica cantante María Callas y el bioquímico español Santiago Grisolía. También el ya famoso Albert Einstein se dio un vuelta por Barcelona. Sobre nuestro país pendían los sufrimientos de los soldados españoles presos en Marruecos y el golpe de estado de Primo de Rivera, que se concretó en el mes de septiembre.

En ese año, un diario que hoy es el más

antiguo de nuestra región alzó su voz con la intención de convertirse en «el alma de la regeneración regional».

El Periódico Extremadura vio la luz

en Cáceres el 1 de abril, preocupado por la vida de las gentes extremeñas. Eran momentos de reflexiones en voz alta sobre el secular atraso del territorio extremeño y la prensa de la época pugnaba por convertirse en portavoz de quienes, tímidamente, demandaban medidas para mejorar la vida en una región de braceros sin tierra y duras condiciones laborales para las gentes del campo.

El Periódico Extremadura de ese día,

en medio de gacetillas de sociedad y la sucinta información proveniente de los precarios canales que difundían la actualidad nacional e internacional, llevaba ya el germen de la determinación que ha mantenido a lo largo

de este casi primer siglo de su vida, orientada a acompañar la vida diaria, la historia y el progreso regional.

Mirar hacia atrás con la óptica de un

siglo es un ejercicio aleccionador. Llegar a vivir cien años es un hito en la historia de los seres humanos, un récord que cada vez más hombres y mujeres superan y que nos enfrenta al reto de hasta dónde puede extenderse una vida humana plena.

En un periódico es distinto, claro,

pero sigue siendo difícil acercarse a los cien años. Todos los que amamos el tacto del papel cada mañana a la hora de consultar las noticias sabemos que tampoco para los periódicos es fácil hoy llegar a esa edad, porque son muchas las asechanzas que los retos tecnológicos del siglo XXI han hecho recaer sobre los periodistas y sobre las empresas periodísticas y muchos los cambios experimentados en lo que a soportes informativos se refiere.

No es fácil en el mundo de hoy conseguir la aplicación rigurosa del periodismo de calidad, que es el que interesa a nuestra sociedad. No es sencillo mantener la difusión de información que de forma continua demandan los actuales canales digitales sin sentir la tensión a que eso somete a los controles de veracidad que impone la profesión periodística.

Pero el periodismo siempre ha

asumido sus retos, ya los situemos en el que afrontó Filípides, el soldado que se esforzó hasta la muerte por comunicar el resultado de la batalla de Maratón o en aquellos periódicos inflamados de patriotismo que se leían con pasión en los cafés de un Cádiz rodeado por la amenaza de invasión militar extranjera.

También han asumido siempre sus

retos los profesionales y empresa de El Periódico Extremadura, cubriendo las etapas de su evolución como medio de comunicación que no se separa un milímetro de su servicio de entrega

a los lectores con el fin de fomentar su condición de ciudadanos bien informados y críticos.

Desde la Diputación de Badajoz

queremos agradecer el insobornable compromiso de este diario con la sociedad extremeña y su atención a los proyectos institucionales de esta corporación.

Una sociedad hipercomunicada

como la nuestra pero también fragmentada, a menudo superficial y carente de contextos que le permitan profundizar en la información, continúa precisando los elementos de análisis que los periódicos ofrecen a sus receptores para aprovechar al máximo el potencial informativo.

Nuestra tierra tiene en El Periódico Extremadura, siempre atento a los proyectos y el progreso extremeño, una auténtica palanca para el avance social de la región.

Nos alegra esta celebración de 95

años que sitúa a este diario como una de las empresas más longevas de la región y alabamos en todos los que han integrado sus plantillas la voluntad de mantenerlo como testigo y agente del devenir de nuestra tierra. Como acicate de un futuro que sólo lo será si se abre para todos los extremeños. k