La Audiencia Provincial condena a diez años al feriante de Coria, Pedro Pavón Campos, por matar a su empleado en mitad de una discusión. Fue juzgado por un jurado popular compuesto por nueve personas (seis hombres y tres mujeres) que probaron por unanimidad que el acusado le clavó un cuchillo en el costado izquierdo.

Los hechos ocurrieron el 20 de enero del año pasado en la caravana en la que residía Pedro Pavón, aparcada en la localidad cacereña de Coria. A primera hora de la mañana el fallecido, José Manuel Ayala, de 40 años, acudió a este vehículo para comunicarle a su jefe que no iba a continuar trabajando con él y para pedirle que le abonase la cantidad que le debía. El acusado le contestó que no podía dejar el empleo en ese momento porque tenían que marcharse a otro pueblo para otra feria.

Esta situación derivó en una discusión entre ambos, primero verbal. Le siguió un «leve forcejeo» en el transcurso del cual Pedro cogió un cuchillo y, para acabar con la vida de José Manuel, se lo clavó en el costado izquierdo «traspasando el pulmón y llegando al corazón», dice la sentencia. Le provocó la muerte inmediata.

Según el fallo Pedro, tras cometer el crimen, se quitó el pijama que tenía puesto y que estaba lleno de sangre, y lo metió en la lavadora. Acto seguido llamó por teléfono a sus hermanas para contarles lo sucedido, pero estas le pidieron que se trasladara a Talavera de la Reina, donde residen, para hablar más tranquilos. Y así lo hizo.

VOLVIÓ A ENTREGARSE / Después Pedro decide regresar a Coria para entregarse. Pero antes de que llegara sus hermanas llamaron a la Guardia Civil de Talavera con la intención de advertir a los agentes de que era posible que hubiera «un cadáver en la caravana de su hermano en Coria». El Instituto Armado llamó al puesto de la localidad cacereña y comunicaron lo ocurrido. Acto seguido los agentes se dirigen a la caravana y comprueban que efectivamente en la misma se encuentra el cuerpo sin vida de José Manuel Ayala. Después Pedro se entregó en el cuartel.

La Audiencia detalla en el fallo que no podrá beneficiarse del tercer grado hasta que haya cumplido, al menos, la mitad de la condena (ya ha cumplido un año y ocho meses en prisión preventiva). Deberá además indemnizar a la hermana del fallecido y única heredera con 48.000 euros en concepto de responsabilidad civil. La sentencia no es firme y contra ella cabe recurso al TSJEx.