Reparten alimentos, asesoran en gestiones de documentación, entregan ropa y proporcionan mobiliario del hogar. Estas son algunas de las ayudas que brinda a cientos de jóvenes la Asociación Católica Internacional al Servicio de la Juventud Femenina (Acisjf), que ayer celebró el acto de inicio del curso con una misa presidida por el obispo de la Diócesis Coria-Cáceres, Francisco Cerro, y una convivencia posterior.

El colectivo, presidido por Corazón Rosado, opera desde dos casas, una situada en la calle Pereros y otra en la plaza de San Juan. ¿El horario? Ininterrumpido. «En San Juan estamos desde las 7.00 horas hasta la madrugada. Ayudamos a personas sin hogar también y te pueden llamar a las dos o a las cuatro de la mañana», indicó ayer Rosado. En la calle Pereros, la asociación lleva a cabo una labor de acogida, orientación y promoción de mujeres con necesidades, atendiendo actualmente a 263 familias --cerca de 900 personas--, que son enviadas a través del Instituto Municipal de Asuntos Sociales (IMAS), organismo que está en constante coordinación con Acisjf.

«Si viene una persona con una necesidad puntual la intentamos atender siempre, pero si su caso es más denso la derivamos a los servicios sociales, que se encargan de comprobar las necesidades y nos la devuelven o no», comentó Rosado, que aseguró que se trata de un servicio «con un coste muy grande», que cuesta asumir por la falta de recursos.

En la plaza de San Juan, Acisjf trabaja con jóvenes menores de edad que pueden alojarse en régimen integral, es decir, cubriendo todas sus necesidades básicas. «Hay de 20 a 22 plazas pero no las cubrimos todas porque no podemos sufragarlas», desveló la presidenta. Por la tarde, profesores voluntarios cualificados dan clases de apoyo a las jóvenes que, además, participan en talleres o cursos de artesanía, cocina u otras disciplinas, con el objetivo de mejorar sus capacidades de cara a su inclusión en el mercado laboral. «Ayer --por el miércoles-- nos entraron dos hermanas para un periodo de 15 días porque la madre, para no perder su trabajo, tiene que trabajar horas extra por la noche. También hay otro caso de una madre, que por su enfermedad está recibiendo un tratamiento de yodo y no puede atender a sus hijos pequeños porque no deben acercarse a ella. Pues durante el tiempo que dure el tratamiento, mes y medio o dos meses, están aquí sus niñas», explicó Rosado.

Más de un centenar de voluntarios hacen posible el buen funcionamiento de esta asociación. Entre 18 y 20 se encuentran fijos en la casa de la calle Pereros, donde Dolores Ballel, vicepresidenta de Acisjf, dirige las labores de acogida. Actualmente, colaboran con la asociación la Fundación Valhondo-Calaff, la Fundación IberCaja y Caja Badajoz, Caja de Extremadura, la Fundación Mercedes Calles-Carlos Ballestero, la Uex, el Banco de Alimentos, el Rotary Club, comunidades religiosas y particulares.

Si bien, tras retirarle algunas subvenciones, Acisjf no puede contratar todo el personal que haría falta y, por ello, el colectivo que en 1998 recibió la Medalla de Extremadura por su labor social busca financiación. «Nos hemos dirigido a cuatro entes que consideramos que tal vez pudieran ayudarnos. De momento solo Fundación San Lázaro nos ha confirmado que nos va a ayudar», añadió.