La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Cáceres juzgó ayer a un hombre acusado de cometer de siete delitos de agresión sexual --dos como presunto autor y cinco como supuesto cooperador-- y tres de inducción a la prostitución de tres menores que se habían escapado en julio del 2012 de un centro de Caminomorisco. El fiscal solicita para el procesado, en su escrito de conclusiones provisionales, un total de 116 años al considerar que "sometió a toda clase de vejaciones y abusos" a las menores durante su estancia en Plasencia. En el momento en el que ocurrieron los hechos, dos tenían 16 años y una catorce.

Durante la vista oral, el acusado negó que hubiera abusado de las denunciantes, a quienes trasladó al piso de un amigo de una de ellas cuando decidieron fugarse. El relato del Ministerio Público detalla que, a los tres días de estar en la ciudad del Jerte, A. M. T., de nacionalidad rumana y con antecedentes penales no computables, obligó a una a mantener relaciones sexuales con un amigo para cerrar la venta de un coche. La supuesta víctima contó al tribunal que el procesado "la convenció" para que lo hiciera, tras llevarla en su vehículo debajo de un puente.

Posteriormente, en una segunda ocasión, cuando las menores estaban en el parque de la Isla haciendo botellón, el procesado y otro amigo se llevaron a dos de ellas en coche a las inmediaciones del hospital de Plasencia, donde las obligaron a bajar, amenazándolas con dejarlas allí si no accedían a satisfacer sus deseos sexuales. Según el relato del fiscal, que fue refrendado por una de las víctimas, el acusado la encerró en el vehículo para que no escapara y la violó.

EN UNA FIESTA Otra noche, el procesado llevó a las tres menores a una fiesta en un piso de la avenida de España en Plasencia, donde las dejó con otros hombres para "favorecer así el aprovechamiento sexual de las menores por parte de los moradores de la vivienda", expone la fiscalía. Una de ellas relató ayer ante el tribunal cómo fue violada por uno de ellos cuando estaba adormilada en un sofá, a pesar de haberse resistido, mientras las otras dos permanecían en una habitación con otro hombre, sin que fueran agredidas, declaró otra de las menores.

En su defensa, el acusado, que está casado y tiene dos hijas, contó en el juicio que una de las menores "estaba obsesionada con él" y que le había pedido que "le dejara en paz". Ella reconoció que, cuando al principio se escaparon del centro de menores de Caminomorisco para irse a Plasencia, sí accedió a mantener relaciones sexuales con él, aunque luego contó que la forzó una noche en una zona al aire libre de la ciudad, al igual ocurrió con un amigo de éste que se hizo pasar por policía secreta, amenazándola con llevarla de nuevo al centro de menores si no accedía. Los supuestos autores de estos hechos se encuentran en paradero desconocido.