Los sindicatos de prisiones denunciarion ayer la agresión de un interno a una funcionaria en el centro penitenciario de Cáceres. Según ha confirmado a este diario la Subdelegación del Gobierno, la trabajadora recibió «un empujón cuando metía al preso en su celda». Al caer, «se ha golpeado con una puerta, haciéndose una herida en la cabeza».

La Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias, Acaip-USO, UGT y CCOO, así como CSIF, emitieron ayer sendos comunicados en el que calificaban los hechos como «un grave altercado regimental» que tuvo como consecuencia la «brutal agresión» a la funcionaria. Según los sindicatos, a las 9.15 horas, un preso, «con numerosos antecedentes de agresiones, comenzó a golpear el auricular de teléfono de llamadas autorizadas para internos y a vociferar insultos y amenazas». Cuando un funcionario le reprendió su actitud, «hizo caso omiso, continuando en un estado agresivo».

Siempre según el relato de las centrales sindicales, los funcionarios trasladaron al recluso a otro departamento para que se calmara, donde intentó agredirles «con manotazos y patadas, dando un fuerte empujón a una trabajadora que cayéndose hacia atrás se golpeó en una puerta metálica, produciéndose la herida». La funcionaria, según el comunicado, fue atendida por los servicios médicos del centro penitenciario por «herida inciso-contusa en el cuero cabelludo», por lo que necesitó «siete puntos de sutura».

Durante todo el altercado, según los sindicatos, el interno «amenazó de muerte e insultó a los funcionarios de servicio, llegando a escupir a uno de los trabajadores, que gracias a su rápida intervención se pudo evitar una tragedia mayor».

DEBATE// Este incidente reabre el debate sobre la falta de personal en la prisión de Cáceres, un hecho que se extiende a otros centros penitenciarios tanto de la región como del resto del país. De hecho, los sindicatos llevan años denunciando la escasa tasa de reposición y la necesidad de ampliar el número de funcionarios de prisiones, que descendió tras la crisis económica. El delegado de Acaip-USO en la prisión de Cáceres, Diosinio Iglesias, asegura que a nivel nacional harían falta 3.000 funcionarios más; sin embargo, «han salido 700 plazas para personal del cuerpo de ayundantes de instituciones penitenciarias» en las oposiciones de este año.

La prisión de Cáceres, en este sentido, no sería una excepción. Iglesias habla de que en la cárcel cacereña harían falta 66 empleados más si se suman todas las áreas, de los que 35 serían en vigilancia interior 1 y 2, las dos categorías en las que se dividen. Según los sindicatos, se ha llegado a esta situación por «la nula o escasa oferta de empleo público» y porque «no se han cubierto las bajas vegetativas».

En cifras redondas, el delegado de Acaip-USO estima que hay unos «90 funcionarios de viligancia interior para unos 500 internos, entre hombres y mujeres», aunque estas no llegan a 35 en el total de reclusos. Desde la Subdelegación del Gobierno afirman que el centro penintenciario de Cáceres «está en la media de ratio nacional» en cuanto al número de personal por número de reclusos. Sin embargo, Dionisio Iglesias matiza esta afirmación, «la administración la calcula con el total de todos los funcionarios, de todas las áreas, sanitaria, regimental, tratamiento e interior, pero la única área que tiene contacto con los internos las 24 horas es interior». Y en esta área, «en nuestro centro es 90» para casi 500 presos, afirma Iglesias.

Las vacaciones vienen a agravar la falta de personal, denuncia el delegado de Acaip-USO, «por ejemplo, en un departamento con 95 reclusos, en periodo de vacaciones hay dos funcionarios» que realizan labores de vigilancia. El resto del año, según Dionisio Iglesias, serían tres, «si se trata de áreas conflictivas, aunque lo normal es que sean dos».

A los empleados habituales de la prisión de Cáceres se han sumado este año 24 funcionarios en prácticas, «que han aprobado las oposiciones, pero están en proceso formativo», explica Iglesias, que llevan siempre un tutor y que no se quedarán en el centro cuando terminen su formación.

La funcionaria que sufrió ayer la agresión no era novata, ya que cuenta con 18 años de experiencia. Las mujeres trabajan en los módulos de hombres como sus compañeros. Antiguamente, había oposiciones para funcionarios de prisiones divididas por género, pero hace ocho años se unificaron. Ahora, mujeres y hombres trabajan indistintamente en los módulos de internos e internas, aunque nunca puede quedarse una trabajadora sola en un área masculina ni a la inversa. Si están dos funcionarios, nunca podrán estar dos hombres en el módulo de mujeres ni dos funcionarias en el de hombres, como mínimo, las parejas deben ser mixtas.

Los sindicatos también denuncian «el aumento de internos con un perfil de peligrosidad poco adecuado para el tratamiento que se desarrolla» en la cárcel cacereña. Esta tiene nivel 2, que sería un grado bajo dentro de la clasificación de las cárceles. Según Dionisio Iglesias, «últimamente están derivando presos de Badajoz o Huelva, que por vinculación familiar, los traen a este centro» y que tendrían un nivel de conflictividad por encima del adecuado para la prisión de Cáceres. Por contra, la Subdelagación del Gobierno afirma que «los presos que internan están clasificados en el nivel 2».

Otro de los aspectos destacables es la edad media de los funcionarios de prisiones de Cáceres. No hay ninguno menor de cuarenta años, el 4 por ciento tiene entre 40 y 42 años, el 37,6 por ciento cuenta con una edad comprendida entre los 43 y los 52 y el 58,4 por ciento tiene entre 53 y 62 años. Los sindicatos consideran «imprescindible» que se modifique esta situación y se incorpore personal «suficiente y en condiciones psicofísicas adecuadas para su ejercicio profesional».