Las instituciones no han logrado cerrar las heridas que hace un año provocaron los graves disturbios de La Madrila. Por contra, la guerra de los horarios sigue abierta en la capital cacereña, una de las ciudades españolas que durante años ha alimentado como pocas el mito de la movida. Lo cierto es que Cáceres vive una situación anómala, un vacío legal que permite mantener abiertos hasta el mediodía a locales de copas situados en pleno centro de la ciudad.

Doce meses después de aquel conflicto --que ya se produjera en 1991-- los hosteleros, las autoridades municipales y los vecinos mantienen posturas encontradas. Bajo los sucesos de La Madrila del pasado año no subyace más que un importante problema horario, acentuado mucho más en una ciudad que alberga cada año a miles de universitarios.

Aunque las autoridades hayan realizado un intento importante por desplazar la movida al ferial, lo cierto es que la situación horaria ofrece, ahora más que nunca en Cáceres, un amplio abanico de posibilidades para mantener la movida, de forma ininterrumpida, tanto de día como de noche.

En la ciudad hay locales que actúan como pubs , pero que tienen una categoría de bar normal o cafetería. Esto les permite cerrar a las dos y reabrir sus puertas cuatro horas después, es decir, a las seis. Los jóvenes también tienen la posibilidad de entrar en los bares especiales, que cierran a las tres de la mañana, o en las discotecas, que lo hacen a las cuatro y media. Todo ello, junto a las barras del ferial que han funcionado este fin de semana, ofrece una amplia oferta.

En este escenario, 16 locales han propuesto al consistorio convertirse en cafés concierto. Cerrarían entonces a las 04.30 y evitarían, a su juicio, muchos problemas. El acuerdo no ha logrado sellarse y ayer, nuevamente, la movida siguió sin dormir.