Todos los organismos coinciden. La Organización Mundial de la Salud (OMS), la Red Extremeña de Protección e Investigación de la Calidad del Aire (Repica), dependiente de la Junta de Extremadura, y también el Ministerio de Medio Ambiente, con menos competencias en este ámbito. Hay pocas ciudades en España con mejor aire para respirar que la capital cacereña. Mientras otros núcleos urbanos han saltado a los medios de comunicación por sus recientes problemas con la contaminación atmosférica (Madrid ha tenido que restringir el tráfico en determinados días), Cáceres anda lejos de sufrir estos contratiempos.

Por partes. La OMS determina la contaminación dañina en cada ciudad en función de la cantidad de partículas en suspensión (PM de Particulate Matter) que contiene su aire. Lo hace de dos formas: la más antigua cuenta las que miden menos de 10 micras de diámetro. Y la más moderna, más usada actualmente por su capacidad de examinar la polución del diesel de los coches, se queda en las 2’5 micras. Captan la presencia de partículas dispersas en la atmósfera como polvo, cenizas, hollín, metales, cemento o polen, perjudiciales para la salud si se inhalan en exceso.

En un informe de 2014, este organismo situó a Cáceres como la cuarta ciudad española que registraba unos guarismos más bajos bajo el criterio descrito, con 8 microgramos de PM2,5 por cada metro cúbico de aire. En el conjunto del país, sólo Las Palmas de Gran Canaria y Arrecife (Las Palmas) con 6 y Marbella (Málaga) con 7 tenían un mejor aire. Lejos quedan ciudades como Puerto Real (18), la Línea de la Concepción (17) o Huelva y Barcelona, (14 cada uno), los núcleos que encabezan el ranking. En la página web de la OMS se puede comprobar con un mapa interactivo cómo la ciudad cacereña es la segunda capital de provincia mejor posicionada en este ámbito.

En Extremadura, todos los datos relativos a la contaminación en el aire los recaba la Red Extremeña de Protección e Investigación de la Calidad del Aire (Repica). Para ello consta de seis unidades de vigilancia atmosférica fijas (en Cáceres, Badajoz, Mérida, Zafra, Plasencia y Monfragüe) y otras dos móviles. La de la capital cacereña se encuentra situada en el entorno suburbano de la ciudad, en las instalaciones de la Facultad de Turismo y Ciencias Empresariales, en el campus Universitario, cerca de la carretera de Trujillo. Miden el Monóxido de carbono, el Dióxido de azufre, las partículas en suspensión (PM10), el Monóxido de nitrógeno, el Dióxido de nitrógeno, el Ozono troposférico, los compuestos orgánicos volátiles, hidrocarburos aromáticos policíclicos y los metales pesados.

Tampoco bajo este examen sale mal parada la capital cacereña. El organismo ha recabado datos diarios desde el 2004 hasta el 2014 y los ha colgado en su página web en formato de series históricas. En la última, la del 2014, la calificación del aire en Cáceres es Muy Buena o Buena (según un baremo que clasifica la situación entre las dos mencionadas o Admisible o Mala) en las pruebas de todas las partículas o gases excepto el 23 de noviembre, donde se registró un inusual aumento de la presencia de PM10, al igual que en otros lugares de Extremadura, que solamente duró un día y que propició que la calidad del aire fuera Mala.

Y el Ministerio de Medio Ambiente también interpreta de forma positiva los datos, con un matiz. Alerta, al igual que Repica, de las masas procedentes de África que hacen descender la calidad del aire en territorio patrio. La última se vivió en noviembre del año que acaba de concluir y afectó a todo el sur peninsular.

CIUDAD LIMPIA // «En este sentido, Cáceres es una ciudad paradisíaca. La intención en el futuro es crear una ciudad verde y lo más sostenible posible. Con el nuevo Dusi, por ejemplo, se pretende crear un corredor medioambiental», afirma al respecto María Montaña Jiménez, concejal delegada de Medio Ambiente del ayuntamiento cacereño. La edil da las claves, además, que posibilitan que Cáceres tenga uno de los aires más limpios de España. «El sector del transporte, sobre todo el vehículo privado, lo más perjudicial, contamina muy poco. Tampoco hay industria de producción de gases contaminantes y las fuentes domésticas de polución, como la calefacción de los edificios, no son demasiadas numerosas. Y los residuos sólidos urbanos se llevan a una planta de la Junta a 15 kilómetros...»