Canal empieza a hiperclorar el agua del centro por la legionela

Se trata de una medida habitual y se toma por precaución, no porque se hayan detectado nuevos focos de esta bacteria. Se ha decidido tras analizar la situación la Junta de Extremadura, la dirección general de Salud Pública regional y Canal de Isabel II.

La hipercloración consiste en la limpieza de los depósitos de agua potable comunitarios o individuales, que tienen una gran probabilidad de convertirse en focos de proliferación bacteriana. Esa limpieza se realiza aumentando los niveles de cloro para matar las bacterias acumuladas.

La legionela es un microorganismo que vive libre en el ambiente y está presente en todos los hábitats acuáticos: aguas superficiales de lagos, ríos, estanques e incluso aguas termales. La bacteria pasa a colonizar los sistemas de abastecimiento de las ciudades y, a través de la red de distribución de agua, se incorpora a los sistemas de agua sanitaria, ya sea fría o caliente. Se contagia a través del aire o de una fuente de tierra o agua.

Desde la Junta de Extremadura insisten en lanzar un mensaje de tranquilidad ya que la medida de hiperclorar el agua se ha tomado exclusivamente por precaución.

El pasado sábado el consejero de Sanidad, José María Vergeles, volvió a intentar tranquilizar a los cacereños, asegurando que no existe ningún peligro para la población. Argumenta que no se puede considerar un brote porque no se trata de un único foco, sino que los focos se encuentran en los domicilios de las personas que han sido diagnosticadas.

El proceder del Ejecutivo regional es que, cuando se detecta un caso, se analizan los posibles focos que hayan podido ocasionarlo, para llevar a cabo las medidas de choque necesarias para frenarlo. Hasta el momento los focos se encontraban en los domicilios particulares de los afectados o en los centros que frecuentaban, pero no ha sido necesario clausurar ningún espacio público. Nada de eso ha cambiado hasta ahora.

INGRESADOS / Por otro lado, dos de los afectados por legionela continúan ingresados en el hospital San Pedro de Alcántara, uno de ellos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Había cinco hospitalizados pero entre el viernes y el sábado fueron dados de alta tres al presentar una mejoría en su afectación. Según indicó ayer el Servicio Extremeño de Salud, los dos ingresados evolucionan de manera favorable y se prevé que uno de ellos abandone el hospital en los próximos días y que el otro afectado salga de la Unidad de Cuidados Intensivos en las próximas horas.

En lo que va de año se han detectado en la región ocho casos de legionela, dos de ellos en la residencia militar Las Gravellinas de Badajoz, que tuvo que ser desalojada. Los dos afectados fueron un militar en la reserva, de 68 años, que vivía en la residencia y un suboficial de Valladolid, de 41, que se encontraba de paso. Como medida preventiva se optó desalojar a todos los habitantes de la residencia y a todos se les realizaron análisis de orina y sangre para descartar que estuvieran contagiados, ninguno más resultó afectado. También se evaluaron todas las instalaciones del edificio. La bacteria fue localizada en los conductos de agua caliente de la residencia.

Días después tuvo que ser desalojada también una planta del hospital Materno Infantil de Badajoz, aunque en este caso no se había detectado ningún afectado. La bacteria fue localizada mediante un análisis rutinario.

Los otros seis casos diagnosticados se han registrado en Cáceres. El primero fue durante el mes de agosto y afectó a una anciana de 96 años que se encontraba ingresada en el hospital Virgen de la Montaña. En este caso la Junta también llevó a cabo un estudio epidemiológico para recoger muestras de las conducciones de agua y climatización de los lugares que frecuentaba, principalmente las viviendas de sus hijos, una casa de campo y una residencia de ancianos. Los otros cinco casos fueron diagnosticados la semana pasada. H