La iglesia parroquial de Cerezo tiene otro problema importante en las cubiertas de la nave. Su interior presenta una nave única, dividida en dos tramos y coronada con tejado a dos aguas. Según el delegado diocesano de Patrimonio, hay que actuar a fondo para acondicionar la estructura por completo y evitar las fatales consecuencias de las humedades. En este caso se trata de un municipio especialmente pequeño, de 200 habitantes, cuya parroquia difícilmente puede afrontar una obra semejante.

El templo, dedicado a San Juan Bautista, fue levantado en el siglo XVIII con mampostería de pizarra y refuerzos de sillarejo. La cabecera está cubierta con bóveda de aristas y bajo la misma se sitúa el altar mayor, con un retablo del XVIII que contiene imágenes de diferentes épocas "y constituye una pieza interesante del barroco", precisa el catedrático García Mogollón. En la entrada destaca un pequeño atrio con tejado a tres aguas sobre dos columnas.