El colegio mayor Francisco de Sande retrasa su fecha de apertura tras tener que parar la obra. La crisis del coronavirus se cuela en todos los aspectos de la vida de la ciudad y, debido a que el Estado obligó a parar la actividad en la construcción al menos hasta el próximo 9 de abril, los trabajos en este edificio también se han visto afectados. Según indican desde la diputación, administración propietaria del mismo, la actuación estaba a punto de finalizar, a falta de los últimos remates de pintura y limpieza para poder ser recepcionada. No se conoce la fecha en la que se puedan reanudar por lo que se prevé que no esté finalizada antes del verano.

La idea de la institución provincial era utilizar este palacio durante los meses estivales para visitantes que acuden a la ciudad por turismo idiomático. Pero de momento este verano no podrá estar a su disposición. Sí se intentará, no obstante, ponerlo a disposición de los universitarios para el próximo curso, aunque no se aclara si finalmente podrá o no ser utilizado por los estudiantes ya que todo está pendiente de cuándo pueda reanudarse la obra, terminarla y poner en marcha todos los trámites.

No es la primera vez que las obras de este edificio emblemático, en pleno corazón de la ciudad monumental, sufren retrasos. Cuando la institución presidida por Rosario Cordero anunció que quería retomar su actividad como colegio mayor (la diputación, con el popular Laureano León al frente, tomó la decisión de cerrarlo y de reconvertirlo en un museo) se dio como fecha de apertura el curso 2018/2019. Sin embargo los retrasos en la concesión de licencias y los problemas que han ido apareciendo durante la obra han llevado a que la puesta en marcha aún no pueda ser una realidad.

La residencia ha costado casi 4 millones de euros y tendrá 70 plazas, con habitaciones individuales y dobles (estas últimas respetan la intimidad entre los estudiantes ya que, a pesar de estar conectadas, cada residente podrá disfrutar de una dependencia propia con una cama y un cuarto de baño). Será un edificio de bajo consumo e inteligente, con suelo radiante, puertas cortafuegos y con un sistema que controla la humedad y la temperatura de las dependencias. Contará asimismo con sistemas domóticos de control y seguridad y ofrecerá a los residentes servicios y voz y datos. Lo más llamativo es que todas las habitaciones tienen unas vistas inmejorables a la ciudad monumental.