"El Principal me recordó siempre al teatro Lara de Madrid". La frase pertenece a León Leal, fundador de la Caja de Ahorros de Cáceres, allá por el siglo XIX, y aparece recogida en el libro El teatro en Cáceres. Archivos y documentación (1586-1926) , obra de Fernando Jiménez Berrocal y David Narganes.

En este volumen, editado en el 2009 por la Consejería de Cultura, se detalla el contenido y significado que tuvo en el Cáceres de aquella época su primer teatro, "con un bonito patio de butacas, cercado por una elegante andanada de plateas, otra, análoga, de palcos encima, y unas no estrechas galerías para el gallinero".

En esta descripción que León Leal hace del espacio artístico de la calle Peñas también se reseña que "fue el preferido de las familias de la buena sociedad cacereña, y muy a propósito por sus buenas condiciones acústicas para compañías de versos, dramas, comedias y sainetes, que eran las que solían abrir un abono por diez o quince funciones, principalmente en ferias".

Aunque los autores del libro sostienen que este relato es, "sin duda, idealista y detalla algunas de las mejores que se hicieron en el coliseo con el paso del tiempo", precisan que "el edificio debió tener las mismas características de los teatros españoles de la época".

Sin embargo, la investigación de Jiménez Berrocal y Narganes concluye que "el teatro de la calle Peñas estaba ya hacia la mitad del siglo XIX viejo y anquilosado". Y citan a los críticos de teatro de la época como El Zahorí que, en 1844, se quejaba en Boletín de la Agencia de Cáceres , del estado de los asientos porque resultaban "especialmente incómodos".

Fue ese deterioro, que hoy vuelve a estar patente hasta el punto de que las cubiertas se están cayendo, el que llevó a construir el Variedades, que suplió a principios del siglo XX al antiguo Principal, exponen los autores. Datos que demuestran que la historia se repite.