Acusó de maltrato y agresión a los agentes de la Guardia Civil que le habían sancionado por adelantar en línea continua y provocar un accidentes de tráfico, pero ha sido él quien se ha visto ante el juez y ha sido condenado por un delito de acusación y denuncia falsa. El titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Cáceres, donde el pasado 18 de octubre se le juzgó en un juicio rápido, le ha condenado al pago de una multa de 120 euros, y a indemnizar a cada uno de los dos agentes con 350 euros.

Fue hace poco más de un año, concretamente el 18 de noviembre del 2005, cuando Roberto S. U. fue sancionado por dos agentes del Destacamento de Tráfico de la Guardia Civil de Cáceres que se encontraban de servicio en la N-630 por cometer una infracción cuando circulaba a la altura del cruce de Garrovillas.

Molesto por la sanción, el conductor se desplazó ese mismo día a un centro de salud de Cáceres alegando que le habían agredido para que le dieran un parte de lesiones, y del centro de salud se trasladó a la Comisaria de Policía donde "con absoluto desprecio a la verdad interpuso denuncia frente a los dos agentes y manifestó que deliberadamente le habían pillado los dedos con la puerta del vehículo y que le habían golpeado en un ojo", recoge el juez en su sentencia como hechos probados.

IMPORTANTE PRECEDENTE La consecuencia de la denuncia para los agentes fue la apertura de un expediente disciplinario, y aunque el conductor acudió a los pocos días al Juzgado renunciando a seguir el proceso contra los guardias civiles y reconociendo que todo se lo había inventado, la AUGC (Asociación Unificada de Guardias Civiles) consideró que estos hechos no podían quedar impunes y presentó una denuncia contra el conductor por denuncia y acusación falsa, delito del que ahora ha sido declarado culpable, indicaron ayer a EL PERIODICO representantes de la AUGC y sus servicios jurídicos.

La asociación, que mostró su "satisfacción" por el hecho de haberse probado judicialmente la falsedad de la denuncia contra estos dos guardias civiles, valoró de "sumamente importante" esta sentencia para la generalidad de la Guardia Civil.

En multitud de ocasiones, indicaron, las denuncias que se presentan contra guardias civiles en el ejercicio de sus funciones no tienen otro fin que el de restar credibilidad a la denuncia previa de los agentes contra el ciudadano y el de menoscabar la reputación profesional de los mismos, "por lo que este precedente judicial servirá para que se tenga en cuenta que las denuncias infundadas y con un absoluto desprecio a la verdad contra guardias civiles constituyen un delito y que los servicios jurídicos de la AUGC los van a perseguir siempre, defendiendo los intereses de los agentes".