La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Cáceres condena a seis años de cárcel a dos traficantes por sendos delitos contra la salud pública, concurriendo el atenuante de drogadicción. El tribunal considera probado que ambos se dedicaron a la venta de estupefacientes entre mayo y septiembre del año pasado, teniendo como centro de operaciones un piso en la calle Meléndez Pelayo, junto a Médico Sorapán, aunque también se desplazaban a otras zonas para realizar operaciones.

Para llevar a cabo esta actividades, Dionisio J. L., uno de lose condenados a tres de prisión, tenía "como persona de confianza" a Juan Carlos R. H., "quien se encargaba de las labores de distribución de las dosis entre los clientes, la captación de nueva clientela y realizaba labores de vigilancia, recibiendo a cambio cocaína", precisa el fallo judicial.

Con el fin de probar estos hechos, la Policía Nacional estableció un dispositivo de vigilancia en torno al domicilio, al que acudían continuamente toxicómanos. También se solicitó la intervención, observación, grabación y escucha correspondiente al cabecilla, comprobándose la existencia de numerosas llamadas telefónicas entre ambos condenados en las que, "con un lenguaje extraño", se ponían de acuerdo para la entrega de los estupefacientes a terceros.

En el registro que la policía practicó en el domicilio se intervinieron una báscula de precisión, más de 4.000 euros en metálico, tres frascos conteniendo pastillas de trankimazin, dos envoltorios tipo bola conteniendo mezcla de cocanías y heroína que, con un peso de 3,01 gramos, hubiera alcanzado en el mercado el importe de 624 euros. La sentencia añade que Juan Carlos R. H. es un consumidor habitual de cocaína y heroína desde 1992, fecha en la que inició el primer tratamiento de deshabituación, encontrándose, al igual que el otro acusado, en tratamiento con metadona en el centro penitenciario.