Entre los negocios realmente beneficiados por la crisis destaca la compra venta de oro. En Cáceres ha pasado de haber una sola tienda a cerca de quince. Carmen Vinagre atiende Orocash, en avenida de Alemania, donde se realizan una veintena de transacciones diarias y los clientes van en aumento. Unos acuden para vender piezas sueltas o deterioradas, otros para comprarlas a mitad de precio, pero muchos se ven obligados a desprenderse de joyas en buen estado, a veces recuerdos familiares, para conseguir dinero. Algunos realizan empeños (una práctica que estaba casi desaparecida), aunque suelen tardar tiempo en recuperar las pertenencias, "tenemos algunas desde 2009", explica Carmen, que se cuida de no desvelar los detalles. Todas las operaciones se realizan con el DNI y son supervisadas por la policía.