La crisis en el gobierno municipal abierta hace dos meses cuando el concejal Felipe Vela informó por escrito al alcalde de su intención de dejar el consistorio no se cerró del todo. Todavía es posible que abandone el gobierno local, y el momento sería tras la aprobación del presupuesto, aunque la ausencia de Saponi podría retrasarlo, ya que por la relación que mantiene con el alcalde es difícil que dé el paso de irse sin esperar a que éste se reincorpore a su puesto.

Hay tres circunstancias que coinciden en Vela. 1. Es un independiente y no está sujeto a la disciplina de partido. 2. Quiere un control de la gestión y de la política económica para realizar su plan (es un auditor y especialista financiero, razón por la que le llamó Saponi) y en más de una ocasión ha dado a entender que no se cumple el criterio de disciplina presupuestaria y que no se le da la potestad que necesita, la última vez fue con la subida de impuestos, que no se ajus-tó a la que planteó para afrontar los gastos municipales, ya que se consideró excesiva y se pensó en su efecto político. 3. La tercera circunstancia es interna, por las diferencias de criterio y actuación política que hay en el grupo de gobierno.

Hay otro factor vinculado a Vela, del que siempre se dice que entró para ser candidato a alcalde, y aún queda esa duda. Sin embargo, tras año y medio de legislatura todavía no ha dado el paso primero y fundamental: afiliarse.