Cáceres trabaja a marchas forzadas para que este domingo todo esté a punto para la salida a la calle de miles de niños cacereños, tal como ha previsto el gobierno central: una hora, recorriendo una distancia máxima de un kilómetro de casa, evitando aglomeraciones y sin contacto con otras familias. En redes sociales, en webs, en infografías y cartelería se va a anunciar cómo debe ser esa pequeña desescalada infantil.

Como prevenir es curar, el ayuntamiento ha echado mano del Servicio de Información Geográfica para conocer los barrios de la ciudad donde viven más niños y desde hoy se realizan labores de limpieza y desinfección en las cuatro zonas que acumulan mayor población de esa franja de edad: Montesol, Mejostilla, Casa Plata, Cáceres el Viejo y Nuevo Cáceres. La ciudad cuenta con más de 11.000 niños de 3 a 14 años que si salen junto a un miembro de la unidad familiar sumarán como mínimo 22.000 personas en las calles de la capital cacereña.

El equipo de Salaya ha invertido con ello la táctica que utilizaba hasta ahora y que pasaba por reforzar la limpieza en barrios donde la media de edad era más alta, es el ejemplo de Las 300 o las residencias de ancianos. También se acudía las puertas de los supermercados, los consultorios médicos, contenedores, papeleras, mobiliario urbano o los lugares donde transitaban más personas, como el centro de Cáceres. "No es que ahora vayamos a desatenderlo, solo que se van a reforzar los barrios donde está prevista una elevada salida de niños", ha aclarado el dirigente municipal.

Además, el mandatario socialista ha dado órdenes estrictas para que se refuercen los cerramientos de los columpios y parques perimetrales del Príncipe, El Rodeo, Padre Pacífico y Ribera del Marco.El acalde pidió precaución máxima para evitar que aparezcan focos de contagio, que las familias no recurran a las zonas sociales ni a plazas concretas, que no vayan a sitios de referencia, que salgan a pasear y a tomar el aire.

Salaya ha manejado todos los escenarios, y desde luego el fijar un lugar concreto para acoger a los niños fue descartado, porque eso hubiera provocado un efecto llamada que podría acarrear graves consecuencias. "No se levanta el estado de alarma para los niños, sino que se les permite un esparcimiento".