La policía detuvo el domingo a un joven de 24 años por causar presuntamente la muerte a un perro tras arrojarlo por la ventana de un sexto piso. Ocurrió el pasado sábado hacia las 21.50 horas en un edificio de la calle Argentina. Al parecer el detenido, al que se le acusa de un delito de maltrato animal, lo hizo en un ataque de ira y celos, según confirman fuentes policiales. Ha pasado a disposición del juzgado número 3 de Cáceres, que instruye el caso por encontrarse de guardia el día de los hechos.

Homer, un bulldog francés de diez meses, pertenecía a Miguel, un sevillano recién llegado a Cáceres para pasar el fin de semana en casa de una amiga cacereña, con la que mantiene una relación sentimental. Según explica, durante todo el día del sábado el detenido (que es amigo de la chica) llamó de forma incesante a su amiga por teléfono, llegando incluso a aporrear la puerta en dos ocasiones. Por la noche la chica accedió a abrirle la puerta después de que el presunto autor de los hechos la amenazara con tirarla abajo si no lo hacía, siempre según la versión de Miguel.

Una vez dentro, saludó a Miguel estrechándole la mano y le dijo, según su mismo testimonio: "¡Qué bien te lo habrás pasado!". Acto seguido cogió al perro, que se encontraba merodeando por el salón de la vivienda, se lo llevó al dormitorio y lo arrojó por la ventana. "Todo pasó en un segundo, no me dí ni cuenta. Escuché un ladrido raro pero nunca me imaginé que pudiera ser Homer", explica Miguel con los ojos llorosos. Bajó en su búsqueda, pero sufrió un ataque de ansiedad mientras descendía por las escaleras. El presunto autor salió corriendo y desapareció, hasta que fue detenido por la policía al día siguiente gracias a los datos aportados por las víctimas.

El animal murió en el acto tras sufrir un edema pulmonar y fracturas en los huesos. Fue trasladado por la perrera municipal al hospital veterinario, donde solo pudieron certificar su fallecimiento. Una vez que se emita el informe de lo ocurrido será incinerado a petición de su dueño.

"Todavía no me creo lo que ha pasado. Cuando veo su mantita y su comida me muero de pena. Vivo solo en Sevilla y lo hacía todo con Homer, es uno más en mi familia", asegura Miguel, ayer junto a su hermana y su cuñado que se han trasladado a la capital ciudad desde Sevilla para acompañarle.