Su situación es delicada. Proceden de familias con problemas, los padres han perdido su tutela y necesitan un hogar donde pasar las vacaciones de verano lejos de los orfanatos rusos y de otras familias de acogida temporal de su país, que no siempre pueden darles lo que precisan, especialmente un trato atento y cariñoso. Aunque varias ciudades españolas llevan años recibiéndolos, por primera vez los niños rusos buscan un hogar en la provincia cacereña para olvidar por dos meses sus carencias diarias, y en estos momentos dependen de que diez familias les reclamen.

La Asociación Todos somos niños , sin ánimo de lucro, se creó en 1994 en Talavera de la Reina (Toledo) y desde entonces ha traído decenas de niños rusos cada verano --las estancias son de dos meses, julio y agosto--, a poblaciones de Madrid y Castilla-La Mancha. Todos los años aumenta el número de beneficiarios y por ello el colectivo ha decidido ampliar su radio de acción. "Para el próximo verano, en principio, nos concedían 170 niños de orfanatos de la zona de Kamensk-Uralsky, de modo que hicimos un llamamiento inicial a Cáceres y la respuesta ha sido muy buena: 15 encontraron familias en Navalmoral, Baños, Aldeanueva de la Vera y la capital", explica Manuel Fernández, responsable de la asociación.

Sin embargo, el colectivo acaba de saber que otros diez niños podrían disfrutar también de las vacaciones si se consiguen más hogares, "por ello pedimos la colaboración de los extremeños, donde más posibilidades existen al tratarse de una iniciativa nueva".

Amplia red de ayuda

De hecho, éste es solo uno de los doce colectivos dedicados a la acogida de niños rusos en España, país que recibe alrededor de 700 cada verano, de entre 7 y 17 años. Se trata de una labor importante, ya que la mayoría residen en orfanatos donde esperan su adopción definitiva o la vuelta con sus padres si la situación se normaliza. Otros viven con familias rusas de acogida temporal que perciben dinero por mantenerlos, "un sistema que no nos convence, al menos en los orfanatos están más controlados", subraya el responsable. Las familias españolas pueden solicitar la recepción del mismo chico cada verano, pero no existe la posibilidad de adoptarlos porque la legislación no permite pedir niños a la carta .

"Hay gente que alega que la despedida es dura --señala presidente--, pero lo importante es todo lo que puedes darles en esos meses. Necesitan que se les quiera y además tienen otras carencias: algunos llegan a pasar hambre en su país, les llevamos al pediatra... Después, cuando se van, te das cuenta de que son ellos los que más te han dado, y mantenemos contacto todo el año".