Parece que el gobierno planea la asignación de un "peaje" a la energía limpia generada en los hogares y destinada al autoconsumo. Ignoramos hasta dónde pretende llegar, en principio es para instalaciones individuales de energía renovable --fotovoltaica, eólica--.

¿Ha expropiado el gobierno el Sol? Seguramente no, pero parece atribuirse la propiedad de la radiación solar. Y habrá que preguntarse ¿nos van a cobrar cada vez que abramos las ventanas para que entre el "solecito" en casa en invierno o el "fresco" en las noches de verano?

Bromas aparte, lo cierto es que la energía que producíamos en casa, dejábamos de comprarla a los que la generan, de forma mayoritaria, por sistemas que utilizan combustibles fósiles, responsables de los gases de efecto invernadero, del cambio climático y del consiguiente impacto sobre las generaciones futuras. Claro que si tenemos en cuenta que el sistema eléctrico español tiene la capacidad de producir 108.000 MW y el consumo máximo instantáneo es de 44.000 MW, alguien ha podido pensar, por nuestro bien, que el siguiente paso es ir cerrando centrales peligrosas y contaminantes y sustituyendo el mix energético actual por energías limpias. Pero si además, el sistema energético compra la energía de algunos sistemas 20 veces más cara de lo que cuesta producirla, valor que se incrementa hasta casi 60 veces cuando se vende al usuario final, la pregunta es obligada, ¿el "peaje de respaldo" a quién o qué respalda?

La cuestión es que este "peaje" pretende disuadir a los usuarios de instalar energía renovable aumentando un 77% el término fijo de la factura eléctrica, se paga consuma o no, penaliza el consumo responsable y aumenta el nivel de pobreza energética (y de la otra) en nuestro país, incrementando costes sanitarios que volvemos a pagar todos.