Según Sánchez Cáceres, "el mundo del toro cacereño no es rentable porque a veces te cuesta tu propio dinero". En concreto, "una corrida de máximo nivel, con toreros como el Juli, Perera y Ferrera puede salir por unos 300.000 euros, y si son diestros locales por unos 70.000", expone el matador. Así, muchas localidades no pueden permitirse costear carteles que atraigan lo suficiente al aficionado ni llene plazas. El coso taurino de la Era de los Mártires de Cáceres es un ejemplo de cómo ha decaído la situación con el paso de los años. Por ello, el diestro apuesta porque el ayuntamiento ponga la plaza en manos de un empresario que "la sepa explotar y maneje los hilos de la afición". "Lo que no se puede es poner en manos de una persona que no conozca las necesidades", indica. Otro problema son los requisitos en el pliego de condiciones: "No puedo optar a regentar la plaza porque te exigen que hayas trabajado antes, al menos, en otras tres de la misma categoría de Cáceres".