El deseo de romper los esquemas llevó a Felipe Gutiérrez Vivas a abandonar su carrera en Derecho en Cáceres y dedicarse a su verdadera pasión, el estudio de Bellas Artes en Sevilla. Allí estableció posteriormente Tolentino Haute Hats, su empresa de diseño y confección centrada en la creación de sombreros. Desde sobrios clásicos hasta tocados bizarros, sus obras son codiciadas por clientes de todo el mundo.

Cada colección suele estar formada por 100 modelos diferentes por temporada. Hay tres líneas diferentes: Hunky Punky, dirigida a un público más joven; Tolentino Haute Hats, para eventos de alto standing; y los destinados al Hats Fashion Show, verdaderas obras de arte que sólo se pueden ver en la pasarela. Según el sombrerero, la última es la que más esfuerzo conlleva. "En nuestro desfile desbordamos nuestra creatividad, construimos un argumento, con una escenografía cuidada y una coreografía. No son piezas para ponérselas en una boda, sino para crear la magia del espectáculo en la pasarela", sentencia. En 2012, él y Manuel Carrión, su socio y compañero, presentaron la colección Entrevista con Caronte , y este año están preparando una colección con un toque francés.

El proceso de creación de los sombreros es sofisticado. Comienza con la idea, el boceto de la pieza. Después viene la horma, rematando el forro interior y los bordes. Una vez acabada, se procede al ornamento con distintos materiales, plumas o lazos. "Lo importante es el ahormado, es la base a partir de la cual comienza el proceso creativo", explica. El secreto según él es trabajar con constancia, perseverancia, y lograr un acabado impecable.

El sombrerero ha recorrido mundo empapándose de arte y culturas. Londres, París, Amsterdam o Nueva York, de todos ellos cosechaba experiencia en el mundo de la moda. "Aprendí mucho del arte y de la vida cuando viajaba. Encontré corrientes que me inspiraban, como la movida madrileña", revela Vivas, "esa mezcla es lo que hace tu marca personal". Contaba además con ciertos precedentes en sus raíces. Su madre, modista, le inició en el oficio. De su abuelo, sastre italiano de San Nicolás de Tolentino, halló nombre para su firma.

El cacereño es un firme defensor de la estrecha relación que tiene la moda con el arte. De ahí que encuentre la inspiración en artistas de muchos campos. En pintura, Zurbarán y Velázquez, Warhol y Jeff Koons. En moda, Chanel y Balenciaga. En sombreros, Philip Treacy y Stephen Jones. "Mis ideas surgen del día a día, de toda la cultura, la pintura, la fotografía... De sentarte a pensar, de los libros que has leído, las personas que has conocido, y de mis viajes", enumera.

La internacionalización que ha conseguido con sus diseños, sin embargo, no le ha hecho olvidar sus raíces cacereñas. "Elegí Sevilla para mi taller porque era el lugar ideal para llevar a cabo mi trabajo. No me gustan las grandes ciudades, y Sevilla tiene esa parte de pueblo que te permite conocer a mucha gente y tener muchos contactos", explica. Pero se muestra muy nostálgico cuando se habla de Extremadura. "Cáceres es algo muy mío, especial, es mi hogar y eso no cambiará nunca. Es mi tesoro de relajación... Amo mi tierra y vuelvo cada vez que puedo", confiesa.