Cinco trabajadores de Cocemfe Cáceres piden responsabilidades ante las deficiencias e irregularidades de un curso de UGT que comenzaron en 2015 y finalizaron en diciembre de 2016. El sindicato se puso en contacto en 2014 con la gerencia de Cocemfe para ofrecerles un curso con el que obtener el certificado de profesionalidad que la normativa exige a los cuidadores. La entidad se lo ofreció a los trabajadores y siete de ellos decidieron realizar la formación a la vez. Tras más de un año, terminaron el curso en diciembre de 2016. Cuando recibieron la acreditación, la presentaron al Centro de Formación Ocupacional de Don Benito, perteneciente al Sexpe, el organismo que debía entregarles el certificado de profesionalidad.

Tras meses de espera, dos de los trabajadores recibieron su acreditación, mientras que el resto continuó a la espera. Con el tiempo, desde el centro de Don Benito les comunican a los otros cinco que no pueden entregarles los correspondientes certificados porque uno de los módulos del curso se finalizó fuera de plazo y, por tanto, no les pueden expedir su acreditación.

Ante las quejas de los trabajadores y de la propia gerencia de Cofemfe Cáceres, aseguran que la administración regional les propuso realizar de nuevo el módulo entero que realizaron fuera de tiempo, con una duración aproximada de cien horas, para poder obtener el certificado de profesionalidad, sin que aún les hayan ofrecido dicha formación.

Este periódico se ha puesto en contacto tanto con UGT como con la Junta de Extremadura, sin que al cierre de la edición se haya recibido respuesta.

Los trabajadores no entienden cómo un sindicato con la experiencia de UGT pudo dar una unidad de un módulo fuera del plazo establecido, lo que impedía la obtención del título ofertado. Asimismo, tampoco entienden cómo se le ha entregado la certificación a dos de las empleadas y se ha negado al resto, cuanto todos realizaron la formación a la vez. Por todo esto, piden responsabilidades a la administración regional, que financió el curso de UGT, porque se sienten víctimas de una cadena de errores.